Al menos 12.000 personas a la hora pasan ante el féretro de Juan Pablo II, colocado en el centro de la Basílica de San Pedro, desde que se abrieron las puertas a las 13.20 horas, según ha informado a Europa Press la Gendarmería vaticana que controla el recinto.
Además, el vicedirector de la Sala de Prensa vaticana, el padre Ciro Benedittini ha destacado a Europa Press que "este flujo de peregrinos sigue constante" y que "siguiendo las cifras de los funerales de Juan Pablo II" al menos 60.000 personas han pasado ya en las primeras cinco horas ante el féretro del Papa polaco.
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El propio Benedicto XVI ha venerado el féretro del nuevo beato Juan Pablo II después de la ceremonia de beatificación. Tras arrodillarse durante unos minutos ante el féretro, el Papa ha besado el ataúd de madera donde reposa el cuerpo de su predecesor.
El féretro está siendo custodiado por cuatro miembros de la Guardia Suiza vaticana, que cambian cada hora. Encima del ataúd se ha colocado una copia de un Evangelio del siglo IX, llamado Evangelio de Lorsh, abierto sobre sus primeras páginas, un ejemplar donado por la Biblioteca Apostólica Vaticana.
El peregrinaje de los fieles ante el ataúd está siendo acompañado por oraciones, en especial del rezo del Rosario, la oración "preferida" de Karol Wojtyla, como ha recordado uno de los miembros de la Sacristía Pontificia antes de comenzar el primer misterio.
La cola de peregrinos se alarga hasta la Vía de la Conciliación y recorre toda la Plaza de San Pedro, por lo que los cuerpos de seguridad de la Policía de Roma creen que el peregrinaje "continúe hasta la madrugada", según han declarado a Europa Press.
Al contrario que en los días previos al funeral de Juan Pablo II, esta vez el Vaticano ha organizado la fila de peregrinos no en una fila central, sino en un círculo que recorre la Basílica y que permite el flujo rápido de los peregrinos.
Algunos peregrinos permanecen durante algunos minutos rezando en los laterales de la Basílica, aunque los miembros de la Asociación San Pedro, que controlan el orden en el lugar, no permiten quedarse durante mucho tiempo debido a la gran afluencia de fieles.
El féretro fue sacado de su tumba el pasado viernes en una ceremonia privada y posteriormente fue colocado durante dos días frente a la tumba de San Pedro, que se encuentra en las Grutas Vaticanas.
Hacia las 08.00 horas del domingo, el ataúd ha sido transportado desde las Grutas Vaticanas hasta el Altar de la Confesión, para que fuera venerado por Benedicto XVI y los más de un millón y medio de fieles que han participado a la beatificación del Papa polaco.