La emoción y el agradecimiento han sido los principales sentimientos expresados por los cardenales españoles presentes este domingo en los actos de beatificación de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro.  

Así, el cardenal español Julián Herranz, ex presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos ha manifestado a Europa Press, que lo primero que le viene es "una acción de gracias a Dios" por el Papa que han tenido". El cardenal cordobés ha destacado de la etapa del Papa polaco que "ha sido un Pontificado que ha realzado la unidad, en un doble sentido: por un lado, para el cristiano, a quien le ha venido a decir que debe haber una unidad entre lo que se cree y lo que se vive; y, de un modo mas amplio, al mundo, al demostrar la unidad entre razón y fe".

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"Al cristiano le ha recordado la unidad de vida que debe presidir su existencia y para el mundo le ha ofrecido la estructura moral de la libertad, unida a la verdad", ha dicho.

Por su parte, el cardenal y arzobispo emérito de Barcelona, Ricardo Maria Carles ha salido del recinto vaticano donde ha tenido lugar la beatificación con un gesto visiblemente emocionado, y ha tenido un recuerdo para el anterior Pontífice: "Guardo muchos recuerdos muy hermosos de el. Tuve ocasión de tratarle bastante por necesidad: Barcelona, con Milán eran las dos diócesis mayores de Europa y había que comentarle cosas positivas y a veces problemas", ha comentado.

Para definirle, el purpurado ha recordado una anécdota protagonizada por otro obispo español. Así, ha narrado cómo en un encuentro con él, ya muy avanzada la tarde, el Papa caminaba con paso lento por delante y el obispo le preguntó: "Esta cansado, Santo Padre?". Él Se giró y le respondió: "Si el Papa a estas horas no estuviera cansado tendría mala conciencia". "Es un retrato de lo que pensaba de sí mismo. Me emociona pensarlo porque le quería muchísimo", concluía el cardenal de origen valenciano.

También al término de la ceremonia, el exportavoz de la Santa Sede Joaquín Navarro-Valls en declaraciones a Europa Press ha manifestado que sus sentimientos en este momento "son los mismos sentimientos que tuve en el momento de su fallecimiento". "Estaba delante de un santo, cuyos frutos eran evidentes", ha destacado.

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Por su parte, el cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima, ha descrito la alegría que ha percibido durante la ceremonia. "Como diciendo que Juan Pablo II vuelve a estar con nosotros, y eso quiere decir que vuelve a estar con nosotros esa fe, esa confianza en el Señor, esa vibración apostólica, esa nueva primavera en la Iglesia --ha relatado--. Ese es el milagro que le pido al nuevo beato".

Del mismo modo se ha manifestado el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, a quien en diciembre de 2010 le fue aceptada la dimisión por edad al frente del Arzobispado de Santiago de Chile. En declaraciones a Europa Press, ha comentado que "la ceremonia de beatificación ha sido muy emocionante" y ha recordado que tuvo ocasión de colaborar estrechamente junto a Juan Pablo II cuando trabajó en la Congregación para los Religiosos en Roma.

Además, ha recordado que en Argentina, su país, fruto de su mediación, se alcanzó el acuerdo en el tratado de Beagle, que puso fin a años de discrepancia, al igual que su visita a Chile significó "un paso muy importante para el retorno a la democracia".

"De modo personal, le recuerdo mucho. Su tono era siempre alentador, teniendo siempre presente la dignidad de la persona. Es difícil encontrar otra personalidad como él que aúne de modo tan visible calidad humana y calidad sobrenatural", ha concluido.