El Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Cardenal Angelo Bagnasco, señaló que la inminente beatificación del Papa Juan Pablo II dará a la Iglesia "una renovación en el impulso misionero de la evangelización, para ser verdaderamente sal y luz del mundo en nuestro país".
En entrevista concedida a Radio Vaticana el 26 de abril, el Purpurado señaló que "la Iglesia debe ser, según el mandato de su Señor, una presencia propositiva, llena de levadura, de la alegría para el bien de todos, no ciertamente con el deseo de ser servida, sino con el deseo de servir a la sociedad italiana y, por tanto, al bien de todos y cada uno, anunciando el Evangelio y a Jesucristo".
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"Y esto con todas las implicaciones que el misterio de Cristo, anunciado y vivido, comporta en el plano antropológico, social, y sobre el plano ético naturalmente: todos los aspectos y ámbitos de la vida humana »
Sobre Juan Pablo II el Cardenal afirma que el Papa polaco "ha entrado en el corazón no solo de la catolicidad, sino del mundo entero. Entonces, poder venerarlo en los altares es motivo de verdadera alegría y gratitud para Benedicto XVI".
Karol Wojtyła “ha traído a Italia y Occidente el eco de su historia personal: la historia que mira Polonia, el mundo del Este, que ha luchado tanto por la propia libertad y la igualdad".
En su homilía de la Misa de Pascua, el Cardenal Bagnasco dijo además que, con el ejemplo de Juan Pablo II, "no queremos ser cristianos somnolientos y cansados, sino deseamos gustar la alegría cristiana: es un acto de justicia para con Dios que nos ha hecho el gran don de la fe, un deber para quienes alrededor de nosotros buscan luz y un servicio a la humanidad que busca desesperadamente el por qué de su vivir y morir".