El Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera Carrera, dijo que los restos del Siervo de Dios, Mons. Luis María Martínez, serán exhumados el 12 de mayo dentro de la catedral metropolitana como parte del proceso de canonización.
El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), informó el martes 19 que el Cardenal Rivera emitió un decreto que explica que el proceso de canonización de Mons. Martínez "está en fase Romana donde se analizan su biografía documentada y la investigación científica sobre sus virtudes cristianas vividas en grado heroico".
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"Quienes conocieron a este gran Pastor y su obra, Siervo de Dios Luis María Martínez primeramente obispo auxiliar de Morelia, después Arzobispo Primado de México, desean fervorosamente que sea elevado a los altares", expresó.
Afirmó que su predecesor "no solamente porque atrajo mucha gente a la Iglesia Católica sino porque vivió importantísimos momentos de reconciliación entre los mexicanos después de la persecución religiosa".
En el acto de exhumación solo podrán estar presentes el grupo de especialistas y peritos nombrados por el Cardenal Rivera.
El Juez Delegado para las Causas de los Santos, P. Gerardo Sánchez Sánchez, dijo que los fieles podrán asistir al traslado de los restos de Mons. Luis María Martínez que se realizará del Retablo de los Reyes a la Capilla de la Inmaculada Concepción dentro del mismo recinto Catedral.
Si bien los fieles podrán, de manera individual y privada, pedir la intercesión del Siervo de Dios, el Cardenal Rivera alertó que la presencia de los restos de su predecesor en una capilla visible no significa que se le pueda dar veneración pública. "Póngase especial atención en no dar culto público a los restos del Siervo de Dios", explica el decreto.
Mons. Martínez fue Arzobispo Primado de México de 1937 a 1956 y gobernó la Iglesia en el país en una época sumamente difícil, cuando México salía de la virulenta persecución religiosa masónica.
Mons. Luis María Martínez se caracterizó por un gran tino en su relación con el gobierno de entonces y por un amplio trabajo pastoral, no sólo dentro de la arquidiócesis de México, sino para toda la nación, debido a su gran autoridad moral.