Los cristianos de Pakistán y la Fundación Masih celebraron la liberación de Arif Masih que permanecía encerrado en la cárcel desde el 5 de abril bajo una falsa acusación de blasfemia.
El presidente de la Fundación Masih, Haroon Barkat Masih, explicó a La Bussola Quotidiana que la liberación de Masih, ocurrida el 18 de abril, es sorprendente.
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"Esto no sucede por regla general. Los islamistas de Pakistán, que desde luego no son pocos o tímidos, se jactan de ser capaces de derrotar e incluso matar a un ‘infiel’. Para ellos, los cristianos son los verdaderos enemigos, cada uno de ellos se considera siempre un amigo de Occidente, y por ello son desacreditados con dureza", indicó.
Barkat celebra que su amigo haya sido liberado. "Imagínense lo que puede suceder cuando un cristiano, como fue el caso de Arif, es encarcelado bajo la acusación de haber violado la ley contra la blasfemia. Nno entendemos el hecho de que no se le haya tocado ni un pelo. Damos gracias a Dios", añadió.
La Ley de Blasfemia agrupa varias normas contenidas en el Código Penal inspiradas directamente en la Shariah –ley religiosa musulmana– para sancionar cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán. La ofensa puede ser denunciada por un musulmán sin necesidad de testigos o pruebas adicionales y el castigo suponer el juicio inmediato y la posterior condena a prisión o muerte del acusado.
Tras su liberación, Arif y su familia viven en la clandestinidad por razones de seguridad.
"Arif está en riesgo continuo. Ahora que es un hombre libre, y ya no está ‘protegido’ por los guardias de prisión y las estructuras de ‘corrección’, puede ser asesinado en la calle por cualquier fanático", agregó Barkat.
"Los cristianos son acosados e injustamente encarcelados, necesitan hablar y escribir sin miedo, es necesario dirigir el centro de atención a ellos y actuar con la máxima libertad y generosidad posible. Con Arif ha funcionado", indicó.
Arif Masih fue acusado de blasfemia por un vecino, Shaid Yousaf, quien para saldar viejas cuentas personales, aseguró haber visto a Arif arrancar páginas del Corán y escribir cartas amenazantes a musulmanes con la intención de convertirlos al cristianismo.
La ley de blasfemia es usada con frecuencia para perseguir a la minoría cristiana, que suele ser explotada laboralmente y discriminada en el acceso a la educación y los puestos de función pública.
"Quienes pagan son los cristianos, sobre todo porque descargarse contra ellos es para muchos, demasiados, una virtud pública", afirmó Haroon Barkat.