El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Mons. Francis Chullikatt, pidió ante la ONU que la lucha contra la pobreza promueva a los más pobres en lugar de eliminarlos con políticas antinatalistas.
Los gobiernos deberían "dedicar recursos a conseguir la asistencia para el desarrollo prometido a los casi 920 millones de personas que sobreviven con menos de 1,25 dólares por día".
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En el segundo día de sesiones del encuentro anual de la Comisión de la ONU sobre Población y Desarrollo, Mons. Chullikatt abordó el tema del encuentro: "Fertilidad, salud reproductiva y desarrollo".
El Arzobispo advirtió que hay una "visión mundial distorsionada que considera el problema de los pobres como un problema de consumo general que debe ser enfrentado como si fueran objetos en lugar de personas únicas con una dignidad y valor innatos que requieren del compromiso total de la comunidad internacional".
Mons. Chullikatt cuestionó a quienes difunden que el crecimiento poblacional impide el desarrollo y notó que muchos "países están experimentando un crecimiento poblacional por debajo del nivel de reposición" y encuentran difícil "sostener el desarrollo económico y proveer los recursos necesarios para sostener a las poblaciones que envejecen".
Aseguró que el "crecientemente desacreditado concepto de control poblacional debe ser descartado" y abogó por adoptar "políticas que alienten a los matrimonios abiertos a recibir a los hijos, y que provean a las familias la asistencia necesaria para la crianza de los hijos, incluyendo las más numerosas".