Una treintena de ex presos políticos y algunos de sus familiares llegarán mañana a Madrid a bordo de un avión fletado por el Gobierno español en el marco del proceso de liberaciones iniciado el pasado verano por La Habana con la mediación de la Iglesia Católica en Cuba y el respaldo de España, han informado este jueves a Europa Press fuentes diplomáticas.
Esta es la primera ocasión en la que los presos políticos cubanos que aceptan trasladarse a España una vez en libertad viajan en un avión fletado por el Gobierno, ya que hasta ahora su traslado se había realizado en vuelos comerciales, aunque también era el Ejecutivo el que corría con los gastos de los pasajes.
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La decisión de fletar un avión, según han explicado las fuentes consultadas, tiene por objeto "racionalizar el gasto" ya que al agrupar el traslado de un número considerable de presos y sus familias resulta "más rentable" que el que su llegada a España se produzca de forma más escalonada en función de la disponibilidad de billetes en los vuelos entre La Habana y Madrid.
Una vez en España, han precisado las fuentes, estos ex presos políticos recibirán el mismo tratamiento que los llegados en los últimos meses –115 según los datos ofrecidos hoy mismo por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en el Senado–, a los que se ofreció protección internacional subsidiaria, si bien algunos de ellos la han rechazado y han solicitado asilo, sin que por el momento se haya resuelto su situación.
Las fuentes no han podido precisar la identidad de los presos que llegarán mañana, aunque han reconocido que la liberación de algunos de ellos no ha sido anunciada por el Arzobispado de La Habana, que hasta ahora ha ido anunciando puntualmente todas las liberaciones.
El último comunicado se remonta al 22 de marzo, cuando se anunció la liberación de once presos políticos: Juan Carlos Vázquez García, Bodanis Zulueta Ramos, José Antonio Sardiñas Martín, Antonio García Reyes, Arnaldo Márquez Gil, Eduardo Díaz Castellanos, Erick Caballero Martínez, Alberto Santiago Dobouchet Hernández, José Manuel de la Rosa Pérez, Néstor Rodríguez Lobaina y Roberto López Rodríguez.
El presidente cubano, Raúl Castro, se había comprometido el pasado 7 de julio, gracias a la mediación de la Iglesia Católica en la isla, a poner en libertad a los 52 presos de la Primavera Negra que continuaban encarcelados del total de 75 disidentes, intelectuales y periodistas detenidos en la ola represiva de marzo de 2003.
Aunque el compromiso es que serían liberados en el plazo de cuatro meses, la liberación se ha demorado unos meses más, pero actualmente todos ellos se encuentran en libertad. De los 52, 40 optaron por trasladarse a España, desde donde varios se han desplazado posteriormente a Estados Unidos y Chile, mientras que los doce restantes recibieron autorización para permanecer en Cuba.
Operación con "gran hermetismo"
Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), con sede en La Habana, serían 36 los presos que viajarán en las próximas horas a España, junto a sus familiares, sumando alrededor de 240 personas que serán trasladadas en un avión fletado.
A diferencia de los procesos anteriores, en esta ocasión "pareciera que la dictadura de Cuba y el Gobierno de España estuviesen compartiendo un gran secreto porque hay un gran hermetismo, algo que no tiene sentido", ha comentado el portavoz de la comisión, Elizardo Sánchez, en declaraciones telefónicas a Europa Press.
Los prisioneros que viajarán a España fueron condenados por motivos políticos, acciones contra el Estado y otros delitos, de acuerdo con la CCDHRN, organización ilegal, pero tolerada por el Gobierno de Castro.