El 2 de abril, la "Marcha en Defensa de la Vida" convocó a más de 15 000 personas, entre niños, jóvenes y adultos, quienes colmaron la Plaza de Armas de Cusco (Perú) exigiendo el absoluto respeto a la vida de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural.

El Arzobispo de Cusco, Mons. Juan Antonio Ugarte, que presidió la marcha, saludó la entusiasta participación de jóvenes, para luego reafirmar la enseñanza de la Iglesia de que no hay nada que justifique el asesinato de aquellos que no tienen voz por estar aún en el vientre de sus madres.

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Según informa el Arzobispado de Cusco, Mons. Ugarte remarcó que gracias a los avances científicos, el mal llamado aborto terapéutico y el eugenésico carecen totalmente de sentido, pues aún conociendo la posibilidad de una malformación en el niño por nacer, no deja de ser una vida humana.

Al terminar la "Marcha en Defensa de la Vida", el Arzobispo de Cusco pidió a Dios, junto a los asistentes, por la salvación de quienes cometieron abortos y por los que participaron en el delito, para que puedan alcanzar el perdón de Dios.