El Cardenal italiano Giovanni Coppa, Nuncio Emérito de República Checa, recuerda que Juan Pablo II expresaba su profundo amor a la Virgen María también por escrito, colocando de puño y letra en cada una de las páginas de sus discursos, homilías y encíclicas, una línea de la oración de San Luis María Grignon de Monfort de la que tomó la frase para su lema episcopal, "Totus tuus" (Todo tuyo).
En un artículo publicado por L’Osservatore Romano el 1 de abril, el Cardenal recuerda una costumbre de Karol Wojtyla cuando redactaba: "el Papa no solo recitaba cada día esta oración (de San Luis María Grignon de Monfort), sino que escribía una parte en cada una de las páginas de sus homilías, discursos, encíclicas, en la parte superior derecha de las hojas".
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"En la primera página escribía el inicio de la oración: Tuus totus ego sum, ‘Soy todo tuyo’; en la segunda, Et omnia mea tua sunt, ‘Y todas mis cosas te pertenecen’; en la tercera, Accipio Te in mea omnia, ‘Te pongo al centro de mi vida’; en la cuarta, Praebe mihi cor tuum, ‘Dame tu corazón’".
Sobre este hábito mariano del Papa, el Cardenal recuerda que de este modo, el Pontífice "proseguía en la siguiente página, repitiendo, si era necesario, las invocaciones particulares, hasta que hubiera terminado de escribir".
"En los archivos de la Secretaría de Estado tenemos miles de estas páginas, donde Juan Pablo II ha manifestado de modo muy íntimo y conmovedor su amor a la Virgen".
Esta costumbre del Papa peregrino muestra, afirma el Cardenal Coppa, "el amor de Juan Pablo II por la Virgen fue un amor sin límites. Nunca dejó pasar ocasión para hablar de María. Le dedicó la encíclica Redemptoris Mater: la redención fue de hecho el hilo conductor de su magisterio petrino".
"Y casi al final del pontificado, celebró el Año del Rosario, que tuvo tantos frutos de devoción y renovación espiritual. Recuerdo sus peregrinaciones a Lourdes y Fátima. En cada uno de sus viajes, además, programó una visita a los más importantes santuarios marianos del mundo", concluyó.