El máximo representante de Caritas Japón afirmó que el país enfrentará un largo camino y grandes desafíos en la reconstrucción tras el terremoto y tsunami que devastaron la isla el 11 de marzo pasado.
En comunicación con ACI Prensa, el Obispo de Niigata y Presidente de Caritas Japón, Mons. Isao Kikuchi, expresó que no tiene idea de cuánto tomará que la gente recupere su vida normal.
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La diócesis de Sendai fue la más afectada por el tsunami que arrasó con aldeas completas en la costa. La diócesis vecina de Niigata está ayudando en el recojo descombros, con muchos jóvenes que se han inscrito como voluntarios para asistir en estas labores.
Más de 10 mil personas han buscado refugio en Niigata tras ser evacuados de un radio de 12 millas alrededor de la central nuclear de Fukushima, donde aún hay peligro de fugas radiactivas.
Caritas está trabajando a nivel nacional para asistir a los sobrevivientes y según el Obispo nunca antes tuvieron una respuesta más entusiasta a los llamados por donaciones y voluntarios.
En Sendai, la diócesis ha instalado un centro de coordinación entre los trabajadores de Caritas y la Iglesia local, que está dedicando sus esfuerzos a ver por la recuperación a largo plazo.
Aunque los teléfonos "nunca dejan de sonar" con llamadas de personas que desean ser voluntarios, lo que más necesita Caritas en este mundo es personal especializado en recursos humanos para coordinar la operación.
Los agricultores y pescadores de la zona devastada están enfrentando una situación de pérdida total. "Será muy difícil para ellos reconstruir sus hogares y, al mismo tiempo, restablecer su profesión", agregó Mons. Kikuchi en comunicación con ACI Prensa.
El Obispo espera que esta tragedia dé a la Iglesia una oportunidad para reforzar su espíritu comunitario y dar testimonio de los valores del Evangelio en la asistencia a las víctimas, pese que los católicos son una pequeña minoría en el país.
"Lo que podemos hacer es evangelizar a través de nuestra acción social entre las personas que buscan ayuda. No solo frente a este desastre sino ante tantas personas que viven en soledad en el Japón de hoy", agregó.
El Obispo se refirió a los ancianos que viven sin sus familias, jóvenes aislados del mundo en sus hogares y migrantes que carecen de apoyo público.