El Vicario Apostólico de Trípoli (Libia), Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, advirtió que en este país africano "la pequeña comunidad católica se ha reducido", a raíz de los choques entre las fuerzas leales a Muamar Gadafi y los rebeldes, y de los bombardeos de la coalición internacional.
"Hoy deben marcharse un centenar de personas, entre enfermeras filipinas y trabajadores de otras nacionalidades, que desean abandonar el país. Pero en los hospitales todavía hay muchas enfermeras filipinas que continúan su trabajo", informó el Prelado este martes a la agencia Fides.
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Mons. Martinelli indicó que en las celebraciones litúrgicas "participan sólo los inmigrantes africanos", lo cual es "un hermoso testimonio de fe en estos tiempos tan difíciles".
El 11 de marzo el Prelado ya había advertido a Fides que la comunidad católica estaba disminuyendo después de la partida de muchos fieles extranjeros, sobre todo europeos. Ese día indicó que "en Trípoli hay unas 2 000 enfermeras filipinas, en toda Libia probablemente serán unas 5 000. Luego están los profesores de inglés, algunos han regresado a sus países, otros se han quedado porque las escuelas están abiertas, al menos en algunas zonas de Trípoli. Tratamos de animarles a vivir este momento tan difícil a la luz de la fe".
Cuando empezó el levantamiento contra Gadafi el 15 de febrero, había en Libia unos 100 000 católicos, en medio de una población de cinco millones de habitantes.
El 26 de febrero la Nunciatura Apostólica en Libia informó a Fides que en el país hay dos obispos, quince sacerdotes, 16 comunidades religiosas femeninas y misioneros, que han decidido quedarse para servir a los que sufren.