El Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, Cardenal Péter Erdő, señaló que la sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos a favor de la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas constituye "primero que nada una victoria para Europa".
En sus declaraciones dadas a conocer hoy luego de la sentencia inapelable de la Corte sobre el caso de una madre que demandó a Italia por considerar que el crucifijo era una violación a su derecho de educar a sus hijas de acuerdo a sus convicciones, el Cardenal dijo que "la sentencia de ahora es un signo de buen sentido, sabiduría y libertad".
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"Hoy –continuó– se ha escrito una página de la historia. Se ha abierto una esperanza no solo para los cristianos, sino para todos los ciudadanos europeos, creyentes y laicos, que estaban profundamente golpeados por la sentencia del 3 de noviembre de 2009 (en contra del crucifijo) y que estaban preocupados ante procedimientos que tienden a desmoronar una gran cultura como la cristiana y a minar en definitiva la propia identidad".
En opinión del también Arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), "considerar la presencia del crucifijo en el espacio público como contraria a los derechos del hombre sería negar la idea misma de Europa. Sin el crucifijo la Europa que hoy conocemos no existiría. Por este motivo la sentencia es primero que nada una victoria para Europa".
Finalmente el Cardenal dijo estar convencido de que esta sentencia "contribuirá a confiar en la Corte y en las instituciones europeas por parte de muchos ciudadanos europeos. Con ella los jueces han reconocido que la cultura de los derechos del hombre no debe excluir a la fuerza a la civilización cristiana".