Luego de agradecer al Papa Benedicto XVI su contribución de 100 000 dólares para ayudar a los damnificados por la tragedia en Japón, los obispos anunciaron que se reunirán este miércoles 16 de marzo para coordinar la respuesta de la Iglesia tras el terremoto y el tsunami.
El Obispo de Sendai, la zona más afectada por la catástrofe, Mons. Tetsuo Hiraga, señaló a la agencia vaticana Fides que los prelados de Japón se reunirán en su diócesis con carácter de emergencia.
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"Tenemos que asesorarnos sobre cómo actuar. Mientras tanto, confiamos en Dios y pedimos las oraciones de todos los cristianos en todo el mundo", indicó.
Sobre las labores actuales ante la emergencia, Mons. Anthony Figueiredo, del Pontificio Consejo Cor Unum, encargado de las obras de caridad del Papa, señaló a Radio Vaticano que este dicasterio trabaja de cerca con los obispos japoneses, la red de Caritas Internationalis y otras organizaciones de ayuda para determinar la mejor forma de responder a las necesidad de los habitantes de Japón.
"Lo que primero que tenemos que hacer es rezar para que estas personas tengan esperanza", señaló. Además, añadió, "los obispos son los primeros responsables por las obras de caridad en las diócesis y ellos conocen las necesidad de la gente".
Sobre la situación en Sendai, una de las zonas más afectadas por la tragedia, el Obispo local, Mons. Tetsuo Hiraga, señaló a la agencia vaticana Fides que "necesitamos la unidad y la buena voluntad de todos".
"Hemos recibido el mensaje del Santo Padre y le damos las gracias por sus palabras que inspiran coraje y esperanza. Hoy esta es nuestra misión específica: ayudar a la nación a levantar los ojos al cielo, y a mantener viva la llama de la esperanza", concluyó.
Mons. Anthony Figuereido señaló también a Radio Vaticana que "con el tiempo, la tragedia con frecuencia se olvida. Esto es lo que pasó en Haití, así que la Iglesia quiere estar allí no solo en el corto plazo sino especialmente a largo plazo cuando las agencias seculares ya se han ido y no queda nadie para ayudar".