Al concluir el rezo del ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI elevó sus oraciones por los diversos conflictos actuales en algunos países de África como Libia e hizo votos para que el asesinato del ministro católico, Shabbaz Bhatti, en Pakistán dé paso a la defensa de la libertad religiosa.
El funcionario pakistaní fue asesinado brutalmente por miembros de Al Qaeda el pasado miércoles 2 de marzo por su oposición a la Ley de Blasfemia, acribillado en su automóvil durante dos minutos con armas automáticas mientras salía de su casa hacia su oficina.
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Los panfletos dejados por los asesinos del ministro en la escena del crimen contenían frases como "fue muerto porque era cristiano, infiel y blasfemo", su asesinato es parte de "una guerra de religión para eliminar a aquellos que desean modificar la ley sobre la blasfemia"; y "por gracia de Alá, todos los que son miembros de la Comisión de revisión de la ley, irán al infierno".
La Ley de Blasfemia es una norma cuya base está en la ley sharia (islámica) que condena cualquier ofensa contra Mahoma o el Corán. Cualquier musulmán puede denunciar a alguien por haberla trasgredido sin necesidad de testigos o pruebas. Las penas llegan incluso hasta la muerte y con frecuencia esta ley se usa para perseguir a los no musulmanes como los cristianos.
Luego de la Misa de exequias del ministro católico el viernes 4 de marzo, el Arzobispo de Islamabad (Pakistán), Mons. Anthony Rufin, dijo que Bhatti "dio su vida por la fe. Estoy seguro de que la Iglesia, siguiendo sus tiempos, lo proclamará mártir".
Tras rezar el ángelus dominical, el Papa pidió este mediodía "al Señor Jesús que el conmovedor sacrificio de la vida del ministro pakistaní Shahbaz Bhatti genere en las conciencias el coraje y el esfuerzo por tutelar la libertad religiosa de todos los hombres y, de tal modo, promueva su igual dignidad".
Benedicto XVI también elevó sus oraciones por Libia, "donde recientes enfrentamientos han provocado numerosos muertos y una creciente crisis humanitaria".
En las protestas desde el 14 de febrero contra el régimen del presidente Muamar Ghadaffi, que lleva 42 años en el poder, y que hace unos días ordenó bombardear con sus aviones a la población de la capital Trípoli, se estima han muerto unas 2 000 personas y es cada vez mayor la cantidad de personas que buscan salir del país para escapar de la violencia.
Actualmente la información sobre los enfrentamientos es contradictoria: mientras las fuerzas leales a Ghadaffi afirman que tienen el control de distintas ciudades, los opositores señalan lo propio en esos mismos lugares. La violencia va en aumento cada día.
El Papa señaló al respecto que "a todas las víctimas y a quienes se encuentran en situaciones angustiosas aseguro mis oraciones y mi cercanía, mientras invoco la asistencia y el socorro para las poblaciones afectadas".