A cuatro meses de su histórico rescate, 25 de los 33 mineros atrapados en la Mina San José de Atacama (Chile) recorrieron la Vía Dolorosa en Jerusalén y llegaron hasta el Santo Sepulcro para dar gracias a Dios por haber sobrevivido.
Según informa la agencia EFE, los mineros estaban acompañados por sus esposas y madres, recorrieron las nueve primeras estaciones de la Vía Dolorosa y llegaron a la plaza de la Iglesia del Santo Sepulcro, donde fueron recibidos con aplausos por los turistas y religiosos que allí se encontraban.
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En la Basílica del Santo Sepulcro, los mineros y sus familiares rezaron juntos "un Padre Nuestro y un Ave María en el Monte del Calvario, en el interior de la Basílica, y tocaron con sus manos el hueco de la piedra en la que se cree que estuvo clavada la cruz".
Los mineros peregrinos trataron de evitar las cámaras de los periodistas para tener un momento de recogimiento. Uno de ellos llevó a su bebé y lo bautizará en el río Jordán.
"Tenemos muchos viajes, pero éste es el más bonito, el que sabíamos que nos iba a quedar para toda la vida, el del camino de Dios y todo lo que Él pasó para poder estar con nosotros", declaró a Efe el minero Víctor Zamora.
José Henríquez, quien fuera el guía espiritual del grupo durante las semanas que permanecieron atrapados, recordó que en las profundidades de la mina "clamamos a un Dios vivo y Él nos respondió y nos ha regalado todo estos viajes a diferentes países del mundo. Él nos rescató y tomó dominio de todo el aparataje de salvación. Es un Dios que responde a la oración, que tiene oídos, que escucha al pecador. Nosotros creímos en Él y Él nos respondió".
El sacerdote franciscano Agustín Molini, que los guió en la visita a la Basílica y dirigió la oración, estableció un paralelo entre la salvación terrenal de los mineros y salvación divina.
"Este lugar de la resurrección es para sacarnos a todos de la esclavitud y del abismo del pecado para resucitar para una vida nueva y eterna. Éste es el paralelo del rescate de los mineros de Chile, por la gracia del Señor, y del rescate que Él quiere para nosotros y para todo la humanidad para siempre", argumentó.
Los 33 mineros permanecieron atrapados durante 70 días a más de 600 metros de profundidad en el yacimiento minero San José de Atacama, luego de un derrumbe ocurrido el 5 de agosto de 2010. Gracias a una impecable operación de rescate que incluyó labores de perforación y la construcción de una cápsula para extraerlos uno por uno, pudieron abandonar la mina entre el 11 y 13 de octubre pasado.