El Papa Benedicto XVI expresó su pésame y cercanía a los afectados por el terremoto que afectó el lunes 21 a Nueva Zelanda, en donde hasta el momento han fallecido 75 personas y otras 300 están desaparecidas.
El terremoto, el peor que haya afectado al país en los últimos 80 años, fue de 6,3 grados en la escala de Richter. La ciudad de Christchurch ha quedado devastada, incluyendo las dos catedrales, la católica y la anglicana, parcialmente destruidas.
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En el telegrama enviado por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, a Mons. Barry Philip Jones, Obispo de Christchurch, se señala que el Papa "se entristeció al enterarse de la repentina devastación y pérdida de vidas en la ciudad de Christchurch a causa del reciente terremoto".
El Santo Padre "desea expresar su cercanía espiritual a todos los que se han visto afectados, y envía sus condolencias a todos los que lloran la pérdida de seres queridos".
Asimismo asegura a los habitantes de Christchurch y a Nueva Zelanda sus "oraciones por todos los que están trabajando urgentemente para rescatar y asistir a los atrapados y los heridos, así como a los que trabajan para restaurar los servicios mínimos".
El telegrama concluye con el deseo de Benedicto XVI de que "Dios derrame sus bendiciones de valor y de fuerza".