El Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), en Nueva Zelanda, P. Paul Shannahan, pidió oraciones y ayuda material para la ciudad de Christchurch, que el 22 de febrero sufrió un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter y que dejó hasta el momento 65 muertos.
El sacerdote dijo a la agencia Fides que el terremoto dejó edificios destruidos, unas cien personas bajo los escombros, carreteras y líneas telefónicas cortadas. Además, relató que la población está dejando el centro de la ciudad y que la catedral católica y anglicana "están parcialmente destruidas".
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El P. Shannahan informó que se declaró el estado de emergencia y "el ejército y los civiles han sido reclutados para ayudar a la policía y a los bomberos. Estos últimos están trabajando sobre todo en los rescates, hay muchos fuegos y poca agua para apagarlos".
Christchurch está a unos 300 kilómetros al sur de la capital de Nueva Zelanda, Wellington, en la costa este de la Isla Sur, en la provincia de Canterbury. En septiembre de 2010 sufrió un terremoto de 7,2 grados que causó decenas de heridos e importantes daños en infraestructuras públicas y edificios. Desde entonces ocurrieron numerosos temblores, el último de 4,9 grados.