En su homilía del domingo 30 de enero con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Obispo de Guadix (España), Ginés García Beltrán, afirmó que solo Dios puede darle al hombre la felicidad verdadera.
Dirigiéndose a los consagrados, el Prelado les manifestó que deben mostrarle a todas las personas, desde la fe, que no tienen "la receta a sus males, pero sí el camino de vivir en Dios que es el único que sacia la sed de la humanidad".
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Durante su homilía, el Mons. García Beltrán manifestó su agradecimiento a Dios por inspirar en corazones generosos la voluntad de dejarlo todo y seguirlo.
"En el mundo del disfrute y del placer a cualquier precio", señaló el Obispo, "los consagrados nos muestran que vivir con un corazón indiviso nos lleva a la plenitud de nuestra misma humanidad".
Con su ejemplo, revelan que "el primado de la vida del hombre no está en lo que se goza sino en lo que se ama", afirmó.
En el mundo actual, donde vales lo que puedes o tienes, "los consagrados nos muestran la belleza de lo que son, mediante una vida pobre que se traduce en austeridad personal y en cercanía a los más pobres".
El Obispo de Guadix también se refirió a las bienaventuranzas, señalando que estas invitan a los cristianos a gritar dónde está la felicidad y cómo se llega a ella, sin perder de vista que anuncian en esta tierra lo que hemos de gozar en el cielo.
Al finalizar, Mons. García Beltrán les señaló a los consagrados el llamado a devolver a Dios al hombre y a abrir caminos de acceso a Dios, "con el único lenguaje que es comprensible para todos: el amor".