Al recibir este mediodía (hora local) a 30 miembros de la Comisión Mixta Internacional para el Dialogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Orientales Ortodoxas, el Papa Benedicto XVI señaló que los cristianos tienen el deber apremiante de dar valiente testimonio del Evangelio de Cristo ante el mundo.
Esta comisión instituyó en 2003 gracias a la iniciativa de las autoridades eclesiales de la familia de las Iglesias orientales ortodoxas y del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La primera fase del diálogo, de 2003 a 2009, dio como resultado el documento "Naturaleza, constitución y misión de la Iglesia" que "describe los aspectos fundamentales de los principios eclesiológicos que compartimos y señala las cuestiones que requieren una reflexión más profunda en las sucesivas fases del diálogo".
"No podemos por menos que estar agradecidos de que después de casi 1500 años de separación todavía estemos de acuerdo acerca de la naturaleza sacramental de la Iglesia, de la sucesión apostólica en el servicio sacerdotal y de la necesidad apremiante de dar testimonio del Evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el mundo".
El Papa dijo luego que en su segunda etapa, la Comisión ha reflexionado "desde una perspectiva histórica sobre la forma en que las Iglesias han expresado su comunión a través de los siglos".
Durante esta semana este grupo de trabajo se ha dedicado "al estudio de la comunión y la comunicación que existía entre las Iglesias hasta mediados del siglo quinto de la historia cristiana, así como del papel desempeñado por el monacato en la vida de la Iglesia primitiva".
Benedicto XVI expresó su confianza en que la reflexión teológica "lleve a nuestras Iglesias no sólo a entenderse más profundamente entre sí, sino a proseguir con determinación nuestro camino hacia la plena comunión, a la que estamos llamados por la voluntad de Cristo".
"Muchos de vosotros proceden de regiones donde los individuos y las comunidades cristianas se enfrentan a pruebas y dificultades que son motivo de profunda preocupación para todos nosotros. Todos los cristianos deben aunar sus esfuerzos para lograr la aceptación y la confianza mutua con el fin de servir a la causa de la paz y la justicia".
Finalmente el Santo Padre hizo votos para "¡que la intercesión y el ejemplo de los muchos mártires y santos, que han dado un valiente testimonio de Cristo en todas nuestras Iglesias os sostengan y fortalezcan, así como a vuestras comunidades cristianas!".