El 21 de enero en Mérida (España), al suroeste de Madrid, se realizó la ceremonia de despedida de la Cruz y el Icono de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, con la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros totalmente llena.
La celebración, presidida por el Arzobispo de Mérida-Badajoz, Mons. Santiago García Aracil, reunió a jóvenes de toda la diócesis en el templo, decorado y ambientado de forma especial para la ocasión.
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Sobre este evento, el español Alejo Fernández señaló que el éxito ha demostrado que "tras muchos años de propaganda intensiva, intentando eliminar a Dios de nuestras vidas en España; resulta que, cuando algunos creen haber matado a Cristo, este vuelve a resucitar".
"Como siempre, desde hace más de dos mil años, los cristianos se multiplican tras su paso por las catacumbas".
Durante la ceremonia se presentaron las "cruces" de los jóvenes, que correspondían a situaciones de dolor y sufrimiento que muestran que Cristo sigue crucificado en tantos jóvenes, víctimas del vacío existencial o de una sociedad que excluye y margina a los más débiles.
Culminada la ceremonia en el templo, se realizó una procesión en los alrededores, con los jóvenes acompañando la cruz con antorchas, globos y pancartas a pesar del intenso frío.
La ceremonia concluyó con la entrega de la Cruz y el Icono de la JMJ a la diócesis de Coria-Cáceres, por parte de los jóvenes de Mérida.