Ante un nutrido número de peregrinos reunidos este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI recordó la urgencia de la conversión para vivir la unidad y aseguró que los fundamentos en los que el cristiano construye su vida deben ser la vida de fe de los Apóstoles, la comunión fraterna, la Eucaristía y la oración.
“Sabemos cuántas pruebas deben afrontar los hermanos y hermanas de Tierra Santa y del Medio Oriente. Su servicio es así aún más precioso pues es reforzado por un testimonio que en algunos casos llega al sacrificio de la vida”, dijo el Papa y recordó que del 18 al 25 de enero se realiza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
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El Papa hizo también una lista de puntos cardinales sobre los cuales fundar la propia vida: “Para ser en el mundo signo e instrumento de íntima unión con Dios y de unidad entre los hombres, nosotros cristianos debemos fundar nuestra vida sobre estos cuatro pilares: la vida fundada en la fe de los Apóstoles transmitida en la viva Tradición de la Iglesia, la comunión fraterna, la Eucaristía y la oración”.
“Solo así– prosiguió-, permaneciendo firmemente unida a Cristo, la Iglesia puede cumplir eficazmente su misión, no obstante sus límites y las faltas de sus miembros, y a pesar de las divisiones”.
Citando al Apóstol San Pablo, el Pontífice afirmó que “toda división en la Iglesia es una ofensa a Cristo; y al mismo tiempo, que es siempre en Él, única Cabeza y Señor, en quien podemos reencontrarnos unidos, gracias a la fuerza inacabable de su gracia”.
“El serio compromiso de conversión a Cristo es el camino que conduce a la Iglesia, con los tiempos que Dios dispone, a la plena unidad visible. Son signo de esto los encuentros ecuménicos que en estos días se multiplican en todo el mundo”, explicó.
Luego el Papa rezó el Ángelus, saludó a los presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.