El diario italiano Il Giornale informó ayer que la Congregación para la Causas de los Santos ya aprobó la curación de una religiosa francesa que sufría Parkinson como milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II.
Marie Simon-Pierre, una religiosa francesa de 44 años, sufría de una forma agresiva de Parkinson. La enfermedad desapareció instantánea e inexplicablemente luego que sus hermanas, en junio de 2005, le pidieran a Juan Pablo II el milagro de la curación a dos meses de su fallecimiento.
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Aunque el Vaticano no ha confirmado esta decisión, el vaticanista de Il Giornale, Andrea Tornielli, asegura que el expediente sobre el milagro fue aprobado a fines de 2010 por los especialistas que integran la comisión médica de la Congregación y también por los teólogos a cargo del caso. Los documentos ya estarían en poder de los cardenales y obispos que deben emitir un último juicio antes de que el expediente sea presentado ante el Papa Benedicto XVI.
Tornielli sostiene que la reunión de los cardenales se realizará a mediados de enero y si el resultado es positivo, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, podrá solicitar al Papa Benedicto XVI la promulgación del decreto de reconocimiento del milagro.
El 19 de diciembre de 2009 el Papa Benedicto XVI aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Juan Pablo II y –con la aprobación del milagro– solo faltaría el anuncio de la fecha de beatificación, sostiene Tornielli.
El vaticanista considera que la beatificación podría ocurrir antes del próximo verano europeo o "podría prepararse para octubre".
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 y aunque la Iglesia exige un periodo de espera de cinco años desde la muerte del candidato para comenzar su proceso de canonización, el Papa Benedicto XVI hizo una excepción y autorizó su inicio el 28 de junio de 2005.
El primer paso del proceso de canonización es el reconocimiento de la heroicidad de virtudes; es decir haber vivido en grado sobresaliente la fe, la esperanza y la caridad. Luego que el Papa promulga el decreto de heroicidad, se espera un milagro obrado por la intercesión del Siervo de Dios que –tras ser reconocido– permitirá la beatificación. La canonización de un beato exige un segundo milagro debidamente investigado y aprobado por las autoridades eclesiales.