El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, destacó la importancia de la "Carta Apostólica en forma de ‘Motu Proprio’ para la prevención y el contraste de las actividades ilegales en el ámbito financiero y monetario", y señaló que "reviste un significado moral y pastoral de largo alcance".
"La publicación actual de nuevas leyes para el Estado de la Ciudad del Vaticano y para los dicasterios de la Curia Romana, así como para los organismos y entidades dependientes de la Santa Sede es un evento de gran importancia normativa, pero también reviste un significado moral y pastoral de largo alcance", señaló en un comentario difundido por la Sala de Prensa el 30 de diciembre.
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Indicó que así "todos los entes en conexión con el gobierno de la Iglesia Católica y con ese ‘apoyo’, que constituye el Estado de la Ciudad del Vaticano, se insertan (…) con espíritu de sincera colaboración, en el sistema de principios e instrumentos jurídicos" que la comunidad internacional construye para garantizar "una convivencia justa y honesta", en un mundo globalizado en el que no pocas veces las realidades económicas y financieras son "terreno de operaciones ilegales" que afectan la justicia y la paz.
"El Papa afirma sin rodeos que ‘la Santa Sede aprueba el compromiso’ de la comunidad internacional y ‘quiere hacer suyas las reglas’ de las que ésta se ha dotado ‘para prevenir y combatir’ estos terribles fenómenos", destacó el sacerdote.
El P. Lombardi recordó que quienes guían las actividades ilegales buscan aprovecharse de los puntos débiles y frágiles "que a veces existen en el sistema internacional de defensa y control de la legalidad, para introducirse en él y violarlo". Por lo que es necesario "constituir redes de control y de información mutua entre las autoridades responsables" que luchan contra ellas.
"La solidaridad internacional es fundamental para el mantenimiento de ese sistema, y es comprensible y justo que las autoridades nacionales de vigilancia y los organismos internacionales (Consejo de Europa y, en particular, el GAFI: Grupo de Acción Financiera Internacional contra el reciclaje de capitales) miren con ojos favorables a los Estados y los entes que ofrecen las garantías requeridas e impongan mayores vínculos a los que no las cumplen", expresó.
Por lo tanto, indicó, la nueva normativa emanada por la Santa Sede obedece "a la exigencia de conservar el eficaz funcionamiento de los organismos que operan en el marco económico y financiero para el servicio de la Iglesia Católica en el mundo, y -todavía más- a la necesidad moral de la ‘transparencia, honestidad y responsabilidad’ que hay que observar siempre en el ámbito social y económico".
"La aplicación de las nuevas normas requerirá sin duda un gran esfuerzo. Hay que poner en marcha la nueva Autoridad de Información Financiera. Hay nuevas obligaciones que respetar. Nuevas competencias que ejercer. Todo ello beneficiará a la Iglesia. Los organismos del Vaticano serán menos vulnerables al riesgo constante que, inevitablemente, se corre cuando se maneja dinero", añadió.
El P. Lombardi afirmó que "se evitarán en el futuro aquellos errores que tan fácilmente se convierten en motivo de ‘escándalo’ para la opinión pública y para los fieles".
"En resumen, la Iglesia será más ‘creíble’ ante la comunidad internacional y sus miembros. Y esto es vital para su misión evangélica. Hoy, 30 de diciembre de 2010, el Papa ha firmado un documento inusual para él pero de gran valor y gran significado moral y espiritual. Es una buena forma de acabar este año, con un paso concreto en la dirección de la transparencia y la credibilidad", señaló.