El sacerdote siro-católico Georges Jahola se encarga de la atención pastoral en Roma, Italia, de los sobrevivientes de la masacre perpetrada por extremistas musulmanes en la Catedral de Bagdad el pasado 31 de octubre que dejó el saldo de 58 muertos. En declaraciones a ACI Prensa señala que estos cristianos volverán a Irak "incluso si eso les cuesta la vida".
En entrevista concedida a ACI Prensa este 16 de diciembre, el P. Jahola, que estudia actualmente en Roma y también sirve de nexo de los sobrevivientes y sus familias en el Policlínico Gemelli, señala que "están extinguiendo a los cristianos en Irak y este país parece que será solamente musulmán".
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Sobre los cristianos que aún resisten ante la ola de violencia islámica en ese país de Medio Oriente, el sacerdote dijo que quieren irse porque ya no se sienten seguros. "Pueden ver que ya no hay lugar para los cristianos en Irak. Incluso para nosotros como Iglesia, no podemos negarlo".
Sobre los sobrevivientes que ya han sido curados y que pueden partir de regreso a casa, el P. Jahola comenta que lo hacen porque no conciben la idea de vivir en otro lugar. "Incluso si eso les cuesta la vida", añade.
Este presbítero relató también a ACI Prensa que circulan entre los iraquíes que salen del país algunas historias sobre el hecho de que los extremistas musulmanes han marcado con cruces rojas las casas de los cristianos. En su opinión estas marcas de los radicales islámicos buscan dar el siguiente mensaje: "esta gente todavía está en la Iglesia, todavía están vivos, aún necesitamos eliminarlos".
Tras criticar los muros que el gobierno de Irak construye alrededor de algunos templos cristianos, el sacerdote comenta que "es alarmante que un grupo étnico –un pueblo que habla el antiguo arameo y tiene raíces cristianas– esté siendo extinguido del mundo y nadie intervenga ante ello".
Emocionado hasta las lágrimas por la suerte de sus compatriotas, el P. Jahola, señala que no es nada sencillo salir de la patria y agrega: "no es posible que tengan que salir todos los cristianos iraquíes, pero negarlo también nos causa dolor".
Aunque parezca "absurdo" volver a su tierra natal, este sacerdote que confiesa haber sido inspirado por el valor de los cristianos masacrados en la Catedral de Bagdad, planea retornar a su tierra una vez que termine sus estudios. Para él la población de Irak "tiene un destino único que debe mantener con la fe".
"Esta para mí es la fuerza de los mártires que testimoniaron su fe en la Iglesia. No creo que haya hecho todavía lo que tengo que hacer, eso aún me espera".