La Fundación Masihi, que se ocupa del asesoramiento legal de Asia Bibi, la primera mujer cristiana condenada a muerte en Pakistán bajo la polémica "Ley de Blasfemia", teme que sea ejecutada en prisión.
La fundación lanzó esta alarma a la agencia vaticana Fides pocos días después que el líder extremista musulmán Yousaf Qureshi ofreciera una recompensa de 500 mil rupias (unos seis mil dólares) a quien asesine a Asia.
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"Es necesario continuar la campaña por su liberación inmediata y por la abolición de la ley sobre la blasfemia. Es una cuestión fundamental para el respeto de los derechos humanos en Pakistán", declaró a Fides Haroon Barket Masih, presidente de la "Fundación Masihi", recordando el Día de los Derechos Humanos de la ONU que se celebró el 10 de diciembre.
La agencia vaticana también informó que Ansar Burney, reconocido intelectual musulmán paquistaní y ex ministro federal de Pakistán por los Derechos Humanos comparte la denuncia y envió una carta al Presidente Ali Zardari y al Primer Ministro Gilani pidiendo que se reforzarán las medidas de seguridad para Asia Bibi y que se persiguiese oficialmente a todos los que han pedido públicamente que sea asesinada.
Burney recordó que hasta la fecha 33 personas acusadas de blasfemia fueron asesinadas en la cárcel o durante el proceso judicial, como ocurrió con los hermanos cristianos Rashid y Sajid Emmanuel, asesinados a tiros frente al tribunal de Faisalabad, en julio de 2010.
El caso de Asia
En junio de 2009, Asia cumplía labores de obrera en Sheikhupura, cerca de Lahore, Pakistán. En una ocasión le pidieron que buscara agua potable para sus compañeras. Algunas de las trabajadoras –todas musulmanas– se negaron a beber el agua por considerarla "impura" debido a que fue provista por una cristiana.
Un día más tarde Bibi fue atacada por una turba, denunció el caso a la policía y fue llevada a una comisaría por su seguridad, donde paradójicamente recibió un cargo de blasfemia en su contra acusada de haber insultado a Mahoma. Desde su encierro dijo a los investigadores que es perseguida por ser cristiana y negó haber proferido los insultos.
La Ley de Blasfemia agrupa varias normas contenidas en el Código Penal de Pakistán para sancionar cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán, que sea denunciada por un musulmán sin necesidad de testigos o pruebas adicionales. Su aplicación puede suponer el juicio inmediato y la posterior condena a prisión de cualquier persona.