El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, rechazó la posibilidad de que la Cámara de Diputados de la Nación despenalice el aborto y llamó a los católicos a defender la vida desde la concepción, al recordarles que Jesús fue un embrión en el seno de la Virgen María.
Ante la cercanía de la Navidad y en vísperas de la celebración de la Fiesta de la Inmaculada Concepción que la Iglesia celebra este 8 de diciembre, Mons. Aguer invitó a recoger "la vinculación que el Santo Padre nos sugiere entre el origen de toda vida humana y la Encarnación del Verbo que comenzó a hacerse hombre en el seno de María, se desarrolló en él durante nueve meses y nació virginalmente para ser nuestro Salvador. Él fue un ‘nascituro’, un niño por nacer".
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Durante su reflexión televisiva, el Prelado se refirió a las audiencias públicas iniciadas por la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados de la Nación para discutir el aborto "y los proyectos que amenazan convertirse en ley".
Mons. Aguer advirtió que sería penoso permitir el asesinato de no nacidos, cuando incluso la ciencia "reconoce la condición personal del embrión humano". El Arzobispo criticó el eufemismo usado para proteger esta práctica y señaló que "los lobbies abortistas apuntan a mucho más, ya que presenta ese atentado contra la vida naciente como un derecho de la mujer que se debe reclamar y reconocer".
El Prelado citó al Papa Benedicto XVI, quien en la homilía de la vigilia por la vida advirtió de las tendencias culturales "que procuran anestesiar las conciencias con motivaciones que son más bien pretextos" para legalizar el aborto.
El embrión, dijo el Papa, no es "un cúmulo de material biológico sino de un nuevo ser viviente, dinámico y maravillosamente ordenado, un nuevo individuo de la especie humana. Así ha sido Jesucristo en el seno de María".
En ese sentido, Mons. Aguer reafirmó la defensa que hace la Iglesia del valor fundamental del respeto a la vida y su dignidad incomparable desde el instante mismo de la concepción. "Un valor natural, sostenido y afirmado por la ciencia, pero fortalecido por la fe, robustecido por la teología, por la luz resplandeciente del misterio de la Encarnación", afirmó.