Cuatro diócesis de la Iglesia Católica en el estado de Sao Paulo en Brasil: Taubaté, Lorena, Caraguatatuba y Guarulhos, anunciaron una iniciativa que busca un cambio de la Constitución estatal para blindar el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural para evitar así el crimen del aborto.
El pasado 27 de noviembre en la Catedral de Taubaté se lanzó este proyecto que busca reunir 300 mil firmas, aproximadamente el 1 por ciento del electorado, para poder presentar este cambio de la Constitución del estado de Sao Paulo, explica el coordinador de la comisión diocesana de defensa de la vida de Taubaté, Hermes Nery.
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Asimismo indicó que "la Constitución Federal (nacional) ya declara que la vida no puede ser violada, pero no deja claro desde cuando. Queremos explicitar en la Constitución estatal que la vida comienza en la fecundación y sigue hasta la muerte natural".
"Queremos hacer que Sao Paulo sea el primer estado de la Federación (Brasil) que cuente con una ley que proteja la vida humana de manera integral", añadió.
En declaraciones a Radio Vaticano, el Obispo de Taubaté, Mons. Carmo João Rhoden, señaló que "considero importante este iniciativa, teniendo en cuenta que todas las encuestas muestran que el pueblo brasileño está por la vida y, por lo tanto, contra el aborto, están por la protección de la vida humana desde la concepción".
De otro lado, y en declaraciones al Boletín Situación de la Defensa de la Vida (SDV), el Obispo de Guarulhos, Mons. Luiz Gonzaga Bergonzini, señaló que esta iniciativa "es un primer paso para llegar hasta la Constitución Federal e impedir la despenalización del aborto. La vida es el mayor valor que tenemos y debe ser defendida desde su concepción".
Este Prelado brasileño es uno de los más críticos de la postura abortista del Partido de los Trabajadores (PT), expresada en diversos documentos como el plan PNDH3 presentado a fines de 2009. A este partido pertenece el presidente Lula da Silva y la presidenta electa Dilma Roussef, quien en diversas ocasiones ha señalado "estar personalmente en contra del aborto" pero al mismo tiempo dice que esta práctica anti-vida es "un tema de salud pública".
El pasado 28 de octubre, tres días antes de la segunda vuelta presidencial, Rousseff señaló que las "3 millones 500 mil mujeres o las 5 millones 300 mil" que según ella abortan anualmente en Brasil no deberían ir a la cárcel, dejando la puerta abierta a la despenalización del aborto.