El Obispo Auxiliar de Lahore (Pakistán), Mons. Sebastian Shaw, exhortó a todos quienes creen en defender la vida siempre a "rezar por Asia Bibi" para que sea liberada. Esta madre cristiana de cinco hijos está en prisión por supuestamente haber violado la ley de blasfemia, cargo por el que fue declarada inocente hace unos días.
En entrevista concedida este lunes a la organización católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), el Prelado señaló que "algunos abogados del Alto Tribunal han dicho que ya han estudiado el caso y consideran que los cargos contra ella no han sido probados".
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Para el Obispo "la manera correcta de proceder para los abogados cristianos y los activistas de derechos humanos es trabajar juntos una apelación. Con estos medios tendremos éxito".
Para Mons. Shaw, el hecho de que Asia Bibi no haya tenido abogado defensor al comienzo del caso agravó su situación. Asimismo resaltó que es necesario rezar por ella y su familia.
"La oración es un arma muy poderosa con la que contamos. Todos aquel que simpatice con Asia, todo aquel que defienda la vida, debe rezar por ella", exhortó.
El Obispo Auxiliar de Lahora dijo también que en esta ciudad y en los alrededores los cristianos, que son una pequeña minoría en Pakistán, están ayudando y realizando vigilias de oración por Asia Bibi.
Este Prelado le escribió hace unos días una carta al Papa Benedicto XVI sobre la situación de esta cristiana. En respuesta el Santo Padre pidió a las autoridades de Pakistán la pronta liberación de Asia Bibi.
El caso de Asia
En junio de 2009, Asia cumplía labores de obrera en Sheikhupura, cerca de Lahore, Pakistán. En una ocasión le pidieron que buscara agua potable para sus compañeras. Algunas de las trabajadoras –todas musulmanas– se negaron a beber el agua por considerarla "impura" debido a que fue provista por una cristiana.
Un día más tarde Bibi fue atacada por una turba, denunció el caso a la policía y fue llevada a una comisaría por su seguridad, donde paradójicamente recibió un cargo de blasfemia en su contra acusada de haber insultado a Mahoma. Desde su encierro dijo a los investigadores que es perseguida por ser cristiana y negó haber proferido los insultos.
La Ley de Blasfemia agrupa varias normas contenidas en el Código Penal de Pakistán para sancionar cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán, que sea denunciada por un musulmán sin necesidad de testigos o pruebas adicionales. Su aplicación puede suponer el juicio inmediato y la posterior condena a prisión de cualquier persona.