El Papa Benedicto XVI pidió a los participantes de la asamblea plenaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz, una urgente formación de los fieles laicos en los principios de la doctrina social de la Iglesia para que puedan responder a los desafíos de la sociedad actual.
El Santo Padre dirigió un mensaje al presidente de este dicasterio, Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, en el que señaló que los laicos "deben comprometerse para promover una recta configuración de la vida social, respetando la legítima autonomía de las realidades terrenas". El evento, que se realiza en Roma, analiza la recepción de la Encíclica "Caritas in veritate" en los diferentes continentes.
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"Es muy importante una comprensión profunda de la doctrina social de la Iglesia, en armonía con todo su patrimonio teológico y fuertemente enraizada en la afirmación de la dignidad trascendente del hombre, en la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, y de la libertad religiosa", indicó.
En ese sentido, Benedicto XVI insistió en la necesidad de "preparar a fieles laicos capaces de dedicarse al bien común, especialmente en los ámbitos más complejos, como el mundo de la política".
El Papa recordó los "problemas fundamentales que afectan al destino de las naciones y de las instituciones mundiales, así como de la familia humana", e indicó que los desequilibrios sociales y nacionales no han desaparecido.
"La coordinación entre los Estados –a menudo inadecuada, porque se orienta a la búsqueda de un equilibrio de poder, en lugar de a la solidaridad– da lugar a desigualdades, al peligro del dominio de grupos económicos y financieros que dictan -y quieren seguir haciéndolo- la agenda política, a expensas del bien común universal", explicó.
En ese sentido, expresó su deseo de que el Pontificio Consejo Justicia y Paz siga "llevando a cabo la actualización de la doctrina social de la Iglesia" y su promoción y estudio.
Indicó que en colaboración con otros, el dicasterio debe buscar vías más apropiadas para la transmisión de la doctrina social, no sólo en los tradicionales itinerarios formativos y educativos cristianos de todo tipo y grado, sino también en los grandes centros de formación del pensamiento mundial, como los grandes medios de comunicación ‘laicos’, las universidades y los numerosos centros de reflexión económica y social, que recientemente se han desarrollado en todos los rincones del mundo".
"Sólo con la caridad, sostenida por la esperanza e iluminada por la luz de la fe y de la razón, es posible conseguir objetivos de la liberación integral del ser humano y de justicia universal", afirmó.