El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, explicó que la oración es para el cristiano como el latido del corazón, sin ésta la vida espiritual se apaga y paulatinamente la persona se va alejando de Dios.
En la homilía de la Misa por el 50º Aniversario de la llegada de la Congregación Hijas de San Pablo (paulinas), el Cardenal exhortó a rezar siempre sin descanso y sin desfallecer.
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El Arzobispo dijo que así como la muerte llega cuando el corazón deja de latir, la vida del cristiano se apaga cuando deja de orar. Por eso, destacó la importancia de agradecerle a Dios desde el momento en que uno se levanta y resaltó la necesidad de acercarse a Él durante todo el día.
"La oración es el levantar el corazón a Dios para adorarlo, para darle gracias, para pedirle, para acompañarlo. El corazón se puede levantar siempre en el hogar, en la calle, en el trabajo, en el templo", señaló.
La oración, dijo, es una vida interior donde hay alegrías, tristezas, perdón, petición y acompañamiento; y que la Palabra de Dios es un alimento para la oración que nos acompaña en nuestra meditación.
"El Señor y su palabra te acompañan a lo largo del día. Por eso te animo a leer la palabra de Dios todos los días, medítala, sé fiel a ella. Si tienes fe, demuéstralo con obras, reza con frecuencia, confía en Jesús, vive en la paz al saber que tienes un gran Padre. Debes agradecer que Dios está aquí con nosotros", exhortó.
El Arzobispo se dirigió luego a las hermanas paulinas y les agradeció por continuar con ese carisma que les inculcó su fundador de llevar la Palabra de Dios a todos los rincones del Perú. "Hoy, de manera especial, al darle gracias a Dios también rezamos por ese apostolado, para que fieles al carisma de su fundador busquen esa evangelización a toda hora y en todo lugar", dijo.