Al presidir el primer recorrido de la imagen del Señor de los Milagros en Piura, el Arzobispo de esta ciudad, Mons. José Antonio Eguren explicó que el Cristo Moreno sella la identidad cristiana y católica del Perú,
En la homilía de la Misa que presidió antes de la procesión de este lunes, el Arzobispo recordó que en 2012 se cumplirán 360 años del inicio de la devoción al Señor de los Milagros en el Perú, que se ha extendido por todo el mundo. Dijo que "esta devoción es expresión de peruanidad y muestra de manera extraordinaria el espíritu cristiano católico que nos sella y que nos identifica como Nación".
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La devoción al Señor de los Milagros, señala la nota de prensa del Arzobispado de Piura, se ha mantenido tantos años porque nos cautiva el amor que Jesús tiene por cada uno de nosotros. "El amor de Cristo es fiel, es un amor constante, permanente, que no se echa nunca atrás. Es un amor que está siempre en nuestra búsqueda y que se expresa de manera muy hermosa en la inmensa misericordia que Él nos tiene. La misericordia es la cara más auténtica del amor de Jesús", señaló.
Mons. Eguren dijo luego que "aquello que nos fascina del lienzo que contiene la imagen del Cristo Moreno es descubrimos amados, valiosos e importantes para Él, pues tanto amó Dios al mundo que envió a su propio Hijo para que ninguno de nosotros perezca, para que encontremos la felicidad y la salvación".
El Arzobispo indicó que "la experiencia del amor de Dios transforma nuestra vida, la ilumina, y nos hace recuperar la alegría de vivir por más preocupaciones, dificultades, dolores o males que estemos padeciendo. Jesús es el varón de dolores y Él comprende tu dolor para aliviarte, consolarte, purificarte y darle un sentido a tu sufrimiento".
Finalmente, el Prelado señaló que seguir a Cristo, y en este caso la devoción al Señor de los Milagros, genera en los fieles comunión y fraternidad. "Y esto nos exige aprender a ser otro Cristo: amar, servir, donarme a los demás como Jesús lo hacía. Y también me exige dejar a un lado odios, deseos de venganza, envidias y diferencias. Nuestro amor al Señor debe llevarnos a trabajar unidos en la construcción de esa Piura justa, fraterna y reconciliada que todos anhelamos", concluyó.