En su mensaje enviado al Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Alimentación, el Papa Benedicto XVI explica que esta fecha además de generar la conciencia de la necesidad de que haya suficientes alimentos y que "todos tengan acceso diario a ellos".
En el texto con fecha de hoy, el Santo Padre señala que el tema de la jornada este año "Unidos contra el Hambre" recuerda "oportunamente que todos tienen que asumir el compromiso de dar al sector agrícola la importancia adecuada. Todo el mundo –desde los individuos a las organizaciones de la sociedad civil, los Estados y las instituciones internacionales– tiene que dar prioridad a uno de los objetivos más urgentes para la familia humana: la libertad del hambre".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Para lograr este objetivo, dice el Papa, "es necesario no solamente garantizar que haya suficientes alimentos, sino que todos tengan acceso diario a ellos. Esto significa promover todos los recursos e infraestructuras necesarios para sostener la producción y distribución a una escala suficiente para garantizar plenamente el derecho a la alimentación".
"Si la comunidad internacional quiere estar verdaderamente ‘unida’ contra el hambre la pobreza debe superarse a través de un desarrollo humano auténtico, basado en la idea de la persona como una unidad de cuerpo, alma y espíritu. Hoy, sin embargo, hay una tendencia a limitar la visión del desarrollo a la de satisfacer las necesidades materiales de la persona, especialmente a través del acceso a la tecnología. Sin embargo, el verdadero desarrollo no se establece en función de lo que una persona ‘tiene’, sino que debe abarcar valores superiores como la fraternidad, la solidaridad y el bien común".
En este contexto, prosigue el Papa Benedicto, "la FAO tiene la tarea esencial de examinar la cuestión del hambre en el mundo a nivel institucional y proponer iniciativas particulares que involucren a sus Estados miembros para responder a la creciente demanda de alimentos".
"De hecho, las naciones están llamadas a dar y recibir en proporción a sus necesidades efectivas, en razón a la ‘urgente necesidad moral de una renovada solidaridad, especialmente en las relaciones entre países en vías de desarrollo y países altamente industrializados’", añade.
Benedicto XVI destaca luego que "la reciente campaña ‘1 Billón con hambre’ con la que la FAO busca generar conciencia de la urgencia de la lucha contra el hambre, ha subrayado la necesidad de una adecuada respuesta de los individuos y los países y de la comunidad internacional, incluso cuando la respuesta es limitada a la asistencia o la ayuda de emergencia".
"Esta –continúa el Papa– es la razón por la que una reforma de las instituciones internacionales de acuerdo al principio de subsidiariedad es esencial, dado que ‘las instituciones por ellas mismas no son suficientes, porque el desarrollo humano integral es primariamente una vocación, y por ello involucra asumir libremente en solidaridad la parte de cada uno’".
"Para eliminar el hambre y la desnutrición, los obstáculos del propio interés tienen que superarse para hacer lugar a la fructífera gratuidad, manifestada en la cooperación internacional como una expresión de fraternidad genuina. Sin embargo, esto no obvia la necesidad de justicia y que es importante que las reglas existentes sean respetadas e implementadas, además de cualquier plan para la intervención y programas de acción que puedan ser necesarios".
Los individuos, pueblos y países, dice el Santo Padre en su mensaje, "tienen que poder moldear su propio desarrollo, tomando ventaja de la ayuda externa de acuerdo a las prioridades y conceptos enraizados en sus técnicas tradicionales, en su cultural, en su patrimonio religioso y en la sabiduría que pasa de generación en generación a través de la familia".
Finalmente el Papa Benedicto XVI invoca la bendición de Dios sobre la FAO y subraya que "la Iglesia está siempre lista para trabajar por la derrota del hambre. De hecho, siempre lo hace a través de sus propias estructuras, para aliviar la pobreza y la privación que aflige extensas porciones de la población mundial, y Ella es totalmente consciente de que su propio compromiso en este campo hace parte del esfuerzo internacional para promover la unidad y la paz entre la comunidad de los pueblos".