En una carta pastoral con motivo del Día del Domund, el Obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Antonio Ceballos Atienza, consideró que los misioneros españoles que evangelizan distintas partes del mundo son un orgullo para la comunidad eclesial.
Tras recordar que la evangelización es una tarea de todos los creyentes, destacó la opción y compromiso de los misioneros que "dan respuesta al deseo de muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos que gritan: ¡Queremos ver a Jesús!"
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"Gracias a ellos podemos decir que nosotros, como Iglesia de Cádiz y Ceuta, somos comunidad abierta. Más aún, somos una comunidad generosamente entregada a la comunidad con las otras iglesias y con todos los hombres. Los misioneros y misioneras son por ello nuestro orgullo. Gracias a ellos nos podemos sentir orgullosos porque bajo la acción de la gracia de Dios, nuestra Iglesia llega a todas las partes del mundo", indicó.
El Obispo recordó que la Iglesia llega "donde llegan nuestros misioneros. Entonces podemos pensar que al mismo tiempo que damos respuesta al grito de queremos ver a Jesús, proclamamos cuántas lágrimas hemos contribuido a secar, cuántos pecados han sido perdonados, cuánta reconciliación ha sido celebrada, cuántas comunidades han sido congregadas, cuántas miserias han sido mitigadas y aliviadas, y cuántas personas hambrientas han sido saciadas y atendidas. Nos podemos sentir ciertamente muy cercanos a las necesidades, esperanzas y sufrimientos de tantos hombres y mujeres de quienes nos sentíamos lejanos".
Mons. Ceballos pidió a los católicos rezar por los misioneros, "porque es la que mejor facilita la comunión y la cercanía. La oración hace que en Dios nos descubramos particularmente unidos todos los que trabajamos en la evangelización del mundo. Esto nos recuerda la obligación que todos tenemos de acoger la llamada misionera que el Señor suscita en el corazón de los jóvenes".
Finalmente, recordó "las necesidades económicas de nuestros misioneros. Sus necesidades son muchas. Y si todos tenemos obligación de compartir con quienes poseen menos que nosotros en esta situación económica y de paro, hoy aparece ante nosotros los misioneros y las grandes necesidades de los países de misión. Por eso la colecta de este día adquiere un relieve especial, de disposición de voluntad de compartir nuestros bienes con todos los hombres, incluso con los más alejados de nosotros".