La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer que el 5 de octubre se realizó en el Vaticano una reunión entre el Prefecto y el Secretario de la Congregación para los Obispos y otras autoridades vaticanas con los encargados de la visita apostólica a Irlanda ordenada por el Papa Benedicto XVI tras los casos de abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero.
Según un comunicado dado a conocer hoy en la reunión estuvieron presentes los cuatro visitadores: los cardenales Cormac Murphy-O’Connor, Arzobispo Emérito de Westminster; Seán P. O’Malley, Arzobispo de Boston; y los arzobispos Thomas C. Collins, de Toronto y Terrence T. Prendergast, de Ottawa.
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El comunicado señala luego que: "conscientes del trágico abuso de niños que ha tenido lugar en Irlanda, los participantes discutieron sobre los aspectos particulares de esta importante visita apostólica. Pastoral en su naturaleza, la visita pretende asistir a la Iglesia local en su camino de renovación, (Carta Pastoral del Papa Benedicto XVI a los católicos de Irlanda) y es un signo del deseo del Santo Padre, como sucesor de Pedro, de ofrecer su solicitud pastoral a la Iglesia en Irlanda".
Los visitadores, explica el texto, prestarán particular atención a las víctimas de abusos y a sus familias, y encontrarán y escucharán a diferentes personas, incluyendo autoridades eclesiásticas, fieles laicos y aquellos que están involucrados en la tarea crucial de salvaguardia de los niños.
El 6 de octubre, como estaba programado, el Cardenal Seán B. Brady, Arzobispo de Armagh, el Arzobispo de Dublin, Mons. Diarmuid Martin; el Arzobispo de Cashel y Emly, Mons. Dermot Clifford; y el Arzobispo de Tuam, Mons. Michael Neary, celebraron la Misa del Espíritu Santo junto a los visitadores y superiores de la Congregación para los Obispos y la Secretaría de Estado.
En el encuentro sucesivo, prosigue el comunicado, se sintetizó la discusión del día precedente y se centró en la organización de la visita apostólica y las arquidiócesis involucradas.
Finalmente el texto señala que "todos los participantes desean que este significativo esfuerzo sea un instrumento de purificación y de curación para la Iglesia en Irlanda y ayude a restablecer la confianza y la esperanza de sus fieles".