El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), defendió el derecho de los ministros de culto y de los fieles en general a opinar sobre los asuntos públicos, pues un verdadero Estado laico no persigue a las personas que se expresan guiados por su fe.
"Es muy grave cuando un servidor público, sea quien sea, no sabe distinguir el sentido de la separación Iglesia-Estado, y cree que los ciudadanos no tienen derecho de expresar sus puntos de vista, aún cuando éstos sean motivados por sus convicciones religiosas", expresó en un editorial.
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El SIAME recordó que la separación Iglesia-Estado establecido en la Constitución se refiere "a la autonomía de las estructuras e instituciones políticas con respecto a las instituciones religiosas, pero, al mismo tiempo, al respeto que debe tener el Estado a la autonomía de las instituciones religiosas en lo que les corresponde". Indicó que la única limitación a la amplia libertad de creencias y práctica religiosa, es el impedimento que tienen los ministros de culto de hacer proselitismo político, postular a un cargo público, y oponerse a las leyes de la República.
"En ningún momento se indica que los ministros religiosos o quienes siguen una determinada creencia estén impedidos a expresar sus convicciones o a vivir de acuerdo a ellas. Ningún ciudadano mexicano está impedido a hablar con libertad y a expresar sus puntos de vista sobre las cuestiones que atañen a todos, mientras no se cometa un delito con ello", afirmó.
El SIAME defendió el derecho de los miembros de la Iglesia para opinar sobre temas como la defensa de la vida y la familia, y señaló que el pluralismo debe permitir a todos expresarse y participar "en lo que es propio para construir juntos nuestra realidad social y nacional, en el debate de ideas y en el respeto a las instituciones".
"La autoridad civil y política está puesta para garantizar estos derechos, y no para oponerse a ellos. Las autoridades que piensan defender al Estado "laico" negando, con una visión jacobina, la libertad religiosa y amenazando, intimidando y reprimiendo a quienes quieren vivirla plenamente, asumen un papel totalmente equivocado", señaló.
El SIAME afirmó que el Estado laico es en México "una realidad consolidada, y por lo tanto no necesita de pseudo defensores que sólo abanderan de manera demagógica la protección del principio de laicidad -pues representa para ellos una plataforma político-electoral- sin percatarse de que al proclamar la vulnerabilidad del Estado, lo único que logran, paradójicamente, es debilitarlo".