En la Misa central de la multitudinaria peregrinación al Santuario de la Virgen de Luján este fin de semana en Argentina, el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio pidió a la Madre de Dios una patria "sin odios ni rencores", que en el Bicentenario de la independencia "el odio no eche raíces en nuestro corazón".
Ante cientos de miles de fieles presentes que caminaron 58 kilómetros, el Cardenal se dirigió a la Virgen María a quien pidió "una patria para todos. Que todos tengan cabida, que no haya sobrantes, excluidos ni explotados. Que esta patria para todos nos consolide como hermanos en la herencia patriótica de nuestros mayores. Que nadie sea despreciado. Que no crezca el odio entre nosotros. Que el rencor, ese fruto amargo que mata, no eche raíces en nuestro corazón".
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Seguidamente pidió a los jóvenes a que "nada y nadie los confunda" y los alentó a dejarse "cuidar" por la Virgen. Tras insistir en pedirle a la Virgen "una patria renovada en la fraternidad", convocó a repetir tres veces el lema de la de la 36 peregrinación a pie a Luján: "Madre, queremos una patria para todos".
En su homilía el Cardenal comentó que "en Luján creció fuerte esta presencia de la Virgen, nuestra Madre. Hoy, también en mayo y en diciembre, muchos venimos para estar cerca de la Madre. Venimos porque nos hace falta este lugar de confianza y de descanso. Venimos a contarle a la Virgen como anda nuestra vida y nos llevamos su mirada que es aliento para seguir el camino".
"Esto no se suele publicar mucho, pero es lo que los hijos viven con mucha fe y son muchos los que aquí han instalado su lugar de encuentro y bendición. Aquí venimos porque nos hace falta seguir confiando y seguir alimentando lo más nuestro, lo que da sentido a nuestras vidas".
Seguidamente señaló que "aquí generaciones de hijos, conocidos o anónimos peregrinos de la Virgen, han hecho crecer la Patria y nos han dejado esta Casa que se fue edificando con amor. Todos ellos recibieron la bendición de la Virgen y ella nos animó también a recibir la fe que, de padres a hijos, aquí continúa creciendo".
Finalmente el Cardenal dijo que "y como en tantos otros años te pedimos: no nos sueltes de tu mano, sabemos en quien pusimos nuestra confianza".