Miles de fieles y peregrinos participaron en el rezo del Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien tras haber celebrado la Santa Misa en ocasión del Encuentro Eclesial de las Familias y los Jóvenes en Palermo, introdujo la oración a María recordando que la Santa Madre de Dios es el modelo de vida cristiana.
“En este momento de profunda comunión con Cristo, es hermoso, como familia eclesial, dirigirnos en oración a María Santísima Inmaculada, Madre suya y Madre nuestra. Sicilia está constelada por Santuarios Marianos, y desde este lugar, me siente espiritualmente en el centro de esta ‘red’ de devoción, que reúne a todas las ciudades y todos los países de la isla”, dijo el Pontífice.
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El Santo Padre continuo encomendando a la Virgen María a “todo el pueblo de Dios que vive en esta amada tierra” … para que “sostenga a las familias en el amor y en el compromiso educativo; haga fecundos las semillas de vocación que Dios pone entre los jóvenes; infunda valor en las pruebas, esperanza en las dificultades, renovado impulso en realizar el bien”.
“Que la Virgen conforte a los enfermos y cuantos sufren, y ayude a las comunidades cristianas para que nadie sea marginado o necesitado, y que cada uno, especialmente los más pequeños y débiles, se sientan acogidos y valorados”, continuó.
El Santo Padre recordó a los presentes que María es “el modelo de la vida cristiana”, y dirigiéndose a ella en oración le pidió que ayude a los presentes a “caminar alegres por el camino de la santidad, por los pasos de tantos luminosos testimonios de Cristo, hijos de la tierra siciliana”.
Benedicto XVI concluyó recordando la hodierna beatificación de Anna Maria Adorni, quien en el siglo XIX “fue esposa y madre ejemplar, y tras enviudar, se dedicó a la caridad por las mujeres encarceladas y en dificultad, fundando dos Institutos religiosos para servirlas. Era llamada ‘Rosario viviente’”.
El Papa rezó el Ángelus dominical, saludó a los presentes en distintos idiomas, e impartió su bendición apostólica.