El Arzobispo de Coro, Mons. Roberto Luckert, señaló que el Parlamento de Venezuela, con el logro de 65 escaños de la oposición en los comicios del domingo pasado "ya no es monocolor, temeroso ni sumiso".
Tras las elecciones para la Asamblea Nacional, el Prelado declaró a Radio Vaticano que pudo ver en los ciudadanos "una gran explosión de alegría y satisfacción porque una vez más Venezuela dio una gran lección de civismo democrático yendo a votar".
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Mons. Luckert relató también que el domingo "en las mesas de votación, salvo algunos pequeños incidentes, la gente estaba votando con una gran cordialidad, con un gran optimismo, pensando en Venezuela. No hubo enfrentamientos gracias a Dios. Todo el sistema funcionó por parte de los electores".
Seguidamente criticó que los resultaron recién se dieron a las 2:00 a.m. del lunes pese a contar con un "sistema que supuestamente es automatizado y que tenía que saberse en cuestión de minutos".
"De todas maneras –prosiguió– en este momento el gran perdedor es el presidente de la República que hizo un grandísimo esfuerzo vendiendo a sus candidatos y sin embargo, a pesar de que ganaron 99 diputados al Congreso de la República, el gran perdedor fue Chávez porque él aspiraba a ganar la mayoría absoluta y no lo logró".
Para el Arzobispo de Coro, lo más importante ahora es que "a partir de este momento el Parlamento de Venezuela no es monocolor, no es temeroso ni sumiso. Es un verdadero parlamento democrático en el cual se van a estudiar, a trabajar leyes a favor de todos los venezolanos y no de una parcela política".