El Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez señaló que las leyes que se han aprobado en el Distrito Federal con el aval de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que permiten el aborto hasta las 12 semanas, la píldora del día siguiente, las uniones homosexuales equiparadas al matrimonio y la posibilidad de que adopten, son contrarias al orden natural y la democracia.
En el artículo publicado por el "Semanario" de la Arquidiócesis de Guadalajara, el Purpurado explica que estas leyes son "inmorales, muy perjudiciales para el país" y "si se ponen en práctica, dañarán sobremanera la vida de esta Nación y la institución del matrimonio".
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El Arzobispo dijo que estas normas son contrarias al orden natural, "a la Ley Natural que todos llevamos impresa en el corazón, y que está inscrita en la Naturaleza. Ésta nos enseña que los seres vivos corporales son sexuados; las plantas, los animales y el hombre son sexuados: sexo masculino y femenino, sexos que son complementarios y, además, que aportan vida, que son fecundos".
En segundo lugar, prosiguió, con estas leyes "se daña o se contradice a la Sagrada Escritura, a la fe cristiana compartida por la mayoría del pueblo de México. Por lo tanto, da como resultado (y esto es lo tercero), que esas leyes van en contra de la opinión de la mayoría; incluso, hubo encuestas referentes, por ejemplo, a la adopción de niños por parejas de homosexuales, y la mayoría de las personas dijo estar en desacuerdo".
Por ello, precisó, estas "leyes son dictatoriales, son contrarias a la democracia, denigran la representatividad de los gobernantes y de los legisladores, quienes no tienen poder absoluto, sino el que les da el pueblo al que representan, y no pueden legislar ni en contra de la Ley Natural ni en contra de la voluntad del pueblo".
Tras denunciar que en el Distrito Federal ya se han realizado unos 40 mil abortos producto de la decisión de la Corte Suprema, el Cardenal cuestionó: "¿cómo es posible que unos cuantos individuos legislen para 110 millones de mexicanos sin tomarlos en cuenta, sin requerir la opinión de la mayoría?"
Finalmente expresó su deseo de que "las leyes injustas se revirtieran; que pudiéramos reflexionar y echar marcha atrás en esas normas, como digo, dictatoriales, y que un pueblo que quiere la democracia no debe permitir".