Uno de los cuatro diáconos que participarán en la Misa de beatificación del Cardenal John Henry Newman en Birmingham, evento central de la visita del Papa Benedicto XVI a Reino Unido, es John Sullivan, un juez estadounidense de 71 años de edad que inexplicablemente superó una grave dolencia de columna por intercesión del futuro beato.
Andrea Ambrosi, postulador de la causa de canonización del Cardenal Newman, relató el milagro en L’Osservatore Romano notando que el hecho sucedió "no en Europa, donde Newman era más conocido, sino en Estados Unidos en donde está la mayor cantidad de sus devotos. El segundo motivo de interés está en que el protagonista es un juez, un magistrado del tribunal distrital de Plymouth, una persona habituada a verificar las verificaciones".
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El tercer motivo, señala Ambrosi, "consiste en el hecho de que uno de los más convencidos del milagro fue el mismo cirujano" que atendió a Sullivan, "Robert Banco, jefe del departamento espinal del New England Baptist hospital de Boston, uno de los más prestigiosos médicos de cirugía ortopédica en Estados Unidos".
La historia del milagro
En junio del año 2000, John Sullivan comenzó a sufrir dolores en las piernas que no le permitían caminar. El médico le explicó, con una radiografía en la mano, que algunas vértebras lumbares estaban hundidas y bloqueaban un área crítica del canal espinal tocando la médula y los nervios femorales. Esta condición crónica le impedía caminar y le sugirió consultar a un neurólogo.
Esa misma noche, relata Ambrosi, Sullivan vio un programa en la televisión sobre la vida y obra del Cardenal Newman, que le era hasta ese momento desconocido. "Fue tocado por aquella extraordinaria figura y comenzó a rezarle con fervor, confiándole sus sufrimientos. La mañana siguiente se sintió mejor, como para volver a caminar".
Tras consultar a dos neurólogos quienes confirmaron la dolencia, este diácono llegó hasta el doctor Robert Banco, considerado el mejor cirujano de Boston. En mayo de 2001 el dolor era insoportable y caminaba muy mal. Este médico le dijo que era momento de operarlo por lo que Sullivan intensificó sus oraciones al Cardenal Newman.
Tras sólo seis días de una complicada operación, Sullivan fue capaz de caminar ayudado de un bastón. Sullivan había implorado a Newman: "por favor cardenal ayúdame a caminar, ayúdame a seguir mi camino".
Evidentemente, prosigue Ambrosi, esta fervorosa oración encontró en el Cardenal una respuesta inmediata. "Sullivan se levantó, comenzó a caminar, no tuvo más dolores y no tuvo necesidad de someterse a terapia alguna. En septiembre retomó su vida normal, dedicándose a la enseñanza.
El 2 de octubre hizo una visita de control. El doctor Banco se sorprendió al encontrarlo perfectamente curado luego de una operación de este tipo, y al verlo nuevamente en febrero de 2002 curado al 100 por ciento, dijo "no haber visto nunca una curación tan veloz ni completa, inexplicable desde el punto de vista científico".