El Arzobispo de Barcelona, Cardenal Lluís Martínez Sistach, reflexionó sobre la figura de Antonio Gaudí, el "arquitecto genial y cristiano ejemplar" que concibió el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, iglesia que será dedicada por el Papa Benedicto XVI en su próxima visita a esta ciudad.

Sobre la consagración del templo, prevista para el 7 de noviembre, el Purpurado destacó que también será "un acto de recuerdo del artista cristiano que lo ideó. Aquel día veremos el templo acabado en su interior, pero sobre todo lo veremos lleno de cristianos celebrando la Eucaristía presidida por el Papa".

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"Veremos esta bellísima iglesia dedicada a la celebración del culto litúrgico para alabar a Dios por parte de toda la asamblea, armonizando liturgia y belleza", dijo.

Refiriéndose a Gaudí, señaló que "fue el arquitecto de Dios y comprendió su profesión como una misión. Él sintió la urgencia de llevar el Evangelio y la presencia de Dios por medio de su obra al pueblo. Por eso tenía la costumbre de coronar sus proyectos con el signo de la cruz. Y deseaba que todas sus obras arquitectónicas acercaran a Dios a las personas que las contemplaban".

Por este motivo, continuó, "la dedicación del Templo de la Sagrada Familia será un recuerdo entrañable del arquitecto, ejemplo de sencillez y de humildad, un verdadero ejemplo del espíritu franciscano de amor a la pobreza, de valoración del sacrificio expiatorio de los propios pecados y de admiración ante la naturaleza".

Josep Francesc Ràfols, primer biógrafo de Gaudí, recordó que el arquitecto llegó a ser "un creyente ejemplarísimo y propulsor de la liturgia, un genio de la luz mediterránea, dispuesto a servir a Dios".