El Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, ha exigido a ETA su "disolución", al tiempo que ha advertido de que la paz "no puede convertirse en un instrumento al servicio de nuestras estrategias" y que "no habrá posibilidad" de alcanzarla "si no crecemos en humildad", porque, a su juicio, sólo si existe ésta "pueden darse las restantes condiciones para la paz, arrepentimiento, reparación, paciencia, diálogo, tolerancia e incluso, la propia justicia".
Mons. Munilla se ha referido en estos términos en la homilía que ha oficiado en el Santuario de Arantzazu, en Oñati (Guipúzcoa), con motivo de la Festividad de Nuestra Señora de Arantzazu, patrona de Guipúzcoa, a la que han asistido representantes institucionales como la consejera vasca de Justicia, Idoia Mendia, el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, la presidenta de las Juntas guipuzcoanas, Rafaela Romero, y la alcaldesa de Oñati, Lurdes Idoiaga.
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El Obispo de San Sebastián ha rogado por la paz "definitiva" para el pueblo vasco y ha mostradu su "prudencia" ante el anuncio hecho público por ETA de que hace meses decidió abandonar las acciones armadas ofensivas, al tiempo que ha pedido a Dios que "ilumine a todos cuantos estamos llamados a ser constructores de la paz".
Además, ha exhortado a que "esta tregua sea definitiva e incondicional" y asi ha exigido a ETA su "disolución". "El momento actual hace más imperiosa, si cabe, esta llamada", ha añadido.
Mons. Munilla ha destacado que "la creciente esperanza de nuestro pueblo por la paz es ya un proceso imparable, y no tienen sentido alguno las resistencias que lo impiden".
La paz no puede ser "utilizada" como un medio, sino que ha de ser "buscada" como un fin. O dicho de otra forma, la paz no puede convertirse en un "instrumento" al servicio de "nuestras estrategias". "Tengamos en cuenta que la vida es un derecho inviolable de cada ser humano, que no depende del momento, ni de las ideologías, ni de estrategia alguna, sino de Dios, autor de la vida; en quien vivimos, nos movemos y existimos", ha agregado.
Por otro lado, se ha mostrado convencido de que "no habrá posibilidad de paz si no crecemos en humildad", ya que "la soberbia es la madre, la causa última de toda violencia". Asimismo, ha opinado que "la búsqueda de la justicia es también una condición necesaria para que haya paz". "La paz es obra de la justicia, nos dice el profeta Isaías", ha indicado.
Mons. Munilla ha señalado que "esta justicia ha de estar impregnada en todo momento de la humildad y de la caridad, ya que la soberbia ahoga toda expresión incipiente de justicia". "Sin duda alguna, la aportación más específica que la Iglesia hace a la causa de la paz es la llamada a la conversión del corazón de todos y cada uno de nosotros, la llamada a la humildad personal", ha afirmado.
El Obispo ha insistido en que "sólo si hay humildad pueden darse las restantes condiciones para la paz, arrepentimiento, reparación, paciencia, diálogo, tolerancia e incluso, la propia justicia". Por último ha pedido a Nuestra Señora de Arantzazu "este don de la Paz", desde la "confianza de que el poder de la oración es infinito".