Al finalizar la Audiencia General de hoy, el Papa Benedicto XVI saludó y consoló a Giuseppe Militello, un hombre cuya mujer asesinó el año pasado a sus dos hijos pequeños y luego se suicidó. "He venido a pedirle una palabra de serenidad", dijo.
Según indica L’Osservatore Romano, Militello, quien sufrió la pérdida de sus hijos Alessio de seis años y Arianna de cuatro a manos de su esposa en la localidad de Castenaso cerca de Bologna, dijo haber llegado a Castel Gandolfo "para pedirle al Papa una oración y una palabra de serenidad que me ilumine en mi difícil camino".
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Acompañado de una tía suya, Giuseppe dijo también que "si no hubiese tenido la fe hoy no estaría más, compruebo con mis manos cómo el Señor me está dando la fuerza para continuar hacia adelante y seguir viviendo".