El vaticanista Sandro Magister afirmó que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, contradice sus discursos con sus obras; algo que ha sido puesto en evidencia por sus críticos a raíz de su último cambio de opinión sobre la construcción de una mezquita a pocos pasos de la zona donde estuvieron las Torres Gemelas.
"Una vez más reaparece la contradicción cuando se comparan los discursos de Obama con sus decisiones concretas", señaló Magister al recordar que pese a sus promesas "las tropas siguen presentes en Afghanistán, no se cierra Guantánamo, sobre el aborto incombono los fondos federales... Día tras día, las decisiones operativas del presidente contrastan con los anuncios. Siempre remiten a un impreciso ‘mañana’".
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En un reciente artículo, Magister se refirió también a la visión mesiánica del mandatario y que se asemeja a la de Joaquín de Fiore, famoso monje y teólogo medieval, "profeta de una ‘edad del Espíritu’ luego de las concluidas por el Padre y el Hijo, una tercera y definitiva edad de paz, de justicia, de humanidad de ahora en más sin divisiones, ni siquiera entre las religiones".
Magister indicó que incluso, por un error periodístico, se ha llegado a creer que Obama citó en tres ocasiones a de Fiore durante su campaña electoral; algo que jamás ha ocurrido.
Sin embargo, el vaticanista dijo que pese a la inexistencia de la cita, ha quedado en evidencia la semejanza entre el discurso de ambos. "Aunque la ‘nueva era’ de Joaquín de Fiore no se cumplió en el año 1260, el año que él había fijado. Pero el sueño sobrevivió, y Obama lo vuelve a proponer hoy en su rol de hombre más poderoso del mundo", indicó Magister.
El vaticanista citó el libro escrito por Martino Cervo, redactor en jefe del diario "Libero", y Mattia Ferraresi, corresponsal en Washington del diario "il Foglio", que junto al libro del periodista de Radio Vaticana, Alessandro Gisotti, ponen en evidencia que "la visión de Obama tiene mucho de contradictorio".
"El hecho que las palabras de Joaquín hayan sido puestas en boca de Obama es un toque de ironía que tiene todo el aire de un destino. L'afflato milenarista, joaquinista, totalitario en el fondo, borra la inexorable limitación humana para confiar la salvación del hombre al hombre, o al menos a aquél que se muestra capaz de encarnar el deseo de cambio. Poco cambia que sea un rey, un filósofo, un medio santo o el presidente de Estados Unidos", citó Magister a Cervo y Ferraresi.
El artículo completo está en http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1344430?sp=y