En una Misa por sus 25 años como Obispo y 15 a la cabeza de la Arquidiócesis Primada de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera señaló que el Señor invita a realizar un trabajo pastoral guiado siempre por la paz y el amor, que rechace la violencia y descarte de raíz cualquier tipo de dominio o imposición.
Según señala el Servicio Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el Purpurado hizo estas afirmaciones en la IV Vicaría Episcopal "San Miguel Arcángel", a cargo del Obispo Auxiliar de México, Mons. Antonio Ortega Franco. Esta arquidiócesis tiene nueve obispos auxiliares por ser la más grande y más poblada del mundo. El Distrito Federal tiene aproximadamente más de 20 millones de habitantes, en su gran mayoría católicos.
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En su homilía, el Cardenal Rivera meditó sobre el Buen Pastor y el deber de imitar a Cristo en la resolución de los graves conflictos de nuestro tiempo: "muchas veces quisiéramos que el Señor nos hiciera ver con claridad su proyecto, es más, que lo impusiera; pero vemos que Jesús nos llama a hacer su presencia, a dar testimonio de su pastoreo, nos invita a ser levadura, transformar lentamente, sin ninguna violencia, desde dentro, no por la imposición".
"Estamos en una sociedad en donde continuamente somos provocados, quisiéramos muchas veces tomar otros caminos", dijo luego.
"Nuestro trabajo pastoral, para hacer presente al Buen Pastor de ninguna manera puede ser a través el dominio o la imposición, ni mucho menos el combate o la guerra. Esa no puede ser nuestra espiritualidad", precisó.
Finalmente, el Arzobispo señaló: "tampoco podemos tomar el camino de la huida, de escondernos. Nosotros también tenemos muchas veces la tentación de mejor no darnos cuenta, pensamos: ‘que se peleen los demás, yo tranquilito, yo me escondo’. No. No somos llamados al combate, somos llamados a proclamar el amor y la paz porque la violencia no se vence con violencia, el amor es el que puede construir el Reino de Dios en nuestro mundo".
Tras la Misa, el Cardenal y el Consejo Episcopal, casi un centenar de sacerdotes, religiosas y laicos apreciaron una exposición virtual de fotografías, un concierto de arpas. El evento concluyó con una cena.