Ante la falta de un pronunciamiento oficial del sistema judicial de Bélgica, el abogado de la Arquidiócesis de Malinas-Bruselas informó la semana pasada que el allanamiento realizado en las oficinas del Arzobispo y en la residencia del Cardenal Danneel fue declarado ilegal.
El allanamiento sorpresa que incluyó la profanación de la tumba de dos cardenales, condenado por la Santa Sede y por las autoridades eclesiásticas locales, tuvo el nombre de "Operación Cáliz" y se realizó el pasado 24 de junio. La policía pensaba que la Iglesia había ocultado información sobre algunos casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero.
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En una conferencia de prensa el pasado 13 de agosto, tras el silencio de la corte que no daba a conocer el resultado de la medida legal interpuesta ante el atropello de la policía, la Conferencia Episcopal de Bélgica dio a conocer que el tribunal había declarado los allanamientos como ilegales.
El abogado de la mencionad arquidiócesis, Fernand Keuleneer, expresó su sorpresa ante el silencio de la corte, especialmente ante la "acogida" durante y luego del allanamiento. Sin embargo concedió el hecho de que el tribunal no está obligado a dar a conocer su decisión.
Como resultado de este fallo, los objetos incautados que consisten básicamente en cajas de archivos de la ahora extinta Comisión Interdiocesana sobre Abuso Sexual y sus computadoras, tienen que regresarse y los dossiers de la investigación judicial local tienen que destruirse.
En declaraciones a Radio Vaticano, Keuleneer señaló que todavía no se entiende la "naturaleza" del allanamiento. Este hecho, dijo, "hace que uno se pregunte si es que había elementos concretos o específicos, o si todo estaba basado en la ‘ciega’ esperanza de encontrar algo…".