Víctima de un problema renal, el Obispo Auxiliar de Bagdad, Mons. Andreas Abouna, falleció este martes en un hospital en la localidad de Erbil, en la zona norte de Irák. Este Prelado sirvió a la Iglesia local en medio de la guerra, la opresión y las innumerables dificultades que enfrenta la minoría cristiana en una nación de mayoría musulmana.
La organización internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) informa que el Patriarca Caldeo Emmanuel III Delly será quien presida el funeral del Obispo en la Catedral de San José en Ankawa, cerca de Erbil.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Arzobispo de Erbil, Mons. Bashar Warda, comentó al conocer la noticia que Mons. Abouna fue un pastor que "siempre sonreía, incluso en las situaciones difíciles. Fue un amigo muy cercano no sólo para mí sino para muchos otros"
A su turno el Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, dijo que "el Obispo Abouna fue un hombre bueno y humilde, de mente abierta. Realmente se encargó de enseñar a cada uno de sus sacerdotes y siempre trabajó por la unidad de la Iglesia. Espero que pueda rezar por nosotros desde el cielo".
La encargada de proyectos de AIS para Irak, Marie-Ange Siebrecht, dijo sobre el Obispo que "tuve el placer de encontrarme con Mons. Abouna muchas veces en mis visitas al norte del país. Era una persona muy espiritual y se preocupaba mucho por los sacerdotes y seminaristas que tenía a su cargo. Especialmente en Bagdad jugó un importante rol entre los sacerdotes para mostrarles que hay un futuro para su país".
Su vida
Andreas Abouna nació el 23 de marzo de 1943 en la localidad de Bedar, en las afueras de la ciudad iraquí de Zakho. A los 14 años ingresó al Seminario St. Peter, entonces en la ciudad de Mosul. Fue ordenado sacerdote en la Iglesia Católica de rito caldeo el 5 de junio de 1966, a la edad de 23 años. Fue párroco en la diócesis de Basra en el sur de Irak desde 1967 y cuatro años después fue designado párroco de la St Joseph the Worker’s Church, Bagdad, en donde sirvió durante 20 años.
Dos años después se trasladó a Ealing, en el este de Londres, en donde estuvo a cargo de la misión caldea y siria católica en Inglaterra, en donde sirvió durante 11 años. En noviembre de 2002 fue designado Obispo Auxiliar de Bagdad y volvió a su país natal luego de recibir la ordenación episcopal conferida por el Papa Juan Pablo II el 6 de enero de 2003 en Roma.
En medio de la crisis que vivía el país, los cristianos eran –todavía lo son– el blanco preferido de los extremistas islámicos. Ante esta situación Mons. Abouna se convirtió en uno de los principales sostenedores de la comunidad católica.