El Arzobispo electo de Bogotá, Mons. Rubén Salazar Gómez, expresó su confianza en la gracia de Dios para afrontar los "retos muy especiales" de una ciudad con presencia del crimen organizado, pobreza, y que es sede del poder político del país.
"Bogotá es la Arquidiócesis más grande de Colombia, con una población cercana a los cuatro millones de habitantes. Los seres humanos somos limitados, no podemos decir que tengamos todas las capacidades y cualidades, especialmente para desempeñar un cargo tan delicado como ser Arzobispo de Bogotá", expresó a la prensa.
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Mons. Salazar añadió que recibe el nombramiento "con alegría, temor y confianza. Sé que si el Señor nombra también da toda la gracia que se necesita".
En otro momento, el Prelado también se refirió a los casos de pederastia cometidos por algunos miembros del clero. Mons. Salazar Gómez rechazó que se trate a la Iglesia como "la Iglesia de los pederastas" e indicó que la pedofilia es un problema que debe ser tratado más ampliamente.
Asimismo, defendió el celibato sacerdotal y señaló que el matrimonio de sacerdotes no soluciona el abuso a menores, porque "hay personas casadas que son pederastas".
El Prelado instó a las víctimas de este crimen a denunciar los abusos ante las autoridades.