El Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (CNLV) se solidarizó con el Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, ante los insultos que esta semana el mandatario Hugo Chávez profirió en su contra.
El presidente del CNLV Manuel Arcaya, sostiene que con la agresión hacia el Cardenal, "la Iglesia ha sido víctima de un burdo intento de descrédito y división por parte de la máxima autoridad civil y política del país".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Como Presidente del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, en representación de los laicos venezolanos, los movimientos laicales, los Consejos Diocesanos de Laicos, y a título personal, manifiesto nuestra mayor solidaridad con Su Eminencia y rechazamos categóricamente los adjetivos e improperios de los cuales fue víctima", indica.
Asimismo, asegura que los laicos comparten con el Purpurado "la gravísima preocupación de que el país está siendo llevado al Comunismo al estilo cubano, tal y como expresa el gobierno cuando habla de que quiere ir al ‘mar de la felicidad’".
Para Arcaya, "el país está siendo sometido a una intensa, consciente y perversa campaña del gobierno para generar desesperanza" y esto constituye "una oportunidad para involucrarnos como Iglesia, todos, en una gran actividad de llevar la esperanza al pueblo de Dios".
"La campaña de desesperanza del gobierno, tiene como objetivo generar tristeza y pasividad, sentimientos que son ajenos a nuestra fe. Como Consejo Nacional de Laicos, manifestamos nuestro compromiso de hacer nuestros mayores y mejores esfuerzos para contrarrestar esta perversa campaña", agrega.
Asimismo, explica que "este año electoral, se nos presenta como una oportunidad para involucrarnos en los problemas que aquejan al país y revisar las propuestas de fondo de los candidatos que los distintos partidos políticos nos ofrecen porque nuestra participación activa y consciente tendrá consecuencias en el futuro inmediato".
"Conscientes de los retos actuales que nos presenta la convivencia humana, los laicos nos disponemos a enfrentar las circunstancias llenos de confianza al saber que nuestra fe en Dios y su hijo, Jesucristo, nos ofrece la posibilidad real de superar el mal y de alcanzar el bien. Esta certeza nos permite encender la esperanza cristiana, a pesar del pecado que marca profundamente la historia de la humanidad", concluye.