Al concluir la Misa dominical en la localidad italiana de Sulmona adonde llegó en visita pastoral en ocasión del 800º aniversario del nacimiento del Papa Celestino V, el Papa Benedicto XVI rezó el ángelus y señaló que la Virgen María es modelo perfecto de obediencia a la voluntad divina, así como de silencio, misericordia y apertura a los demás.
Antes de la oración el Santo Padre hizo votos para que esta Iglesia local "fieles a la heredad de San Pedro Celestino, sepa siempre vivir la radicalidad evangélica y la misericordia, para que todos los que buscan a Dios lo puedan encontrar".
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Seguidamente Benedicto XVI subrayó que "en María, Virgen del silencio y de la escucha, San Pedro del Morrone encontró el modelo perfecto de obediencia a la voluntad divina, en una vida simple, marcada por la búsqueda de lo que es verdaderamente esencial, capaz de agradecer siempre al Señor reconociendo en cada cosa un don de su bondad".
"También nosotros, que vivimos en una época de mayores comodidades y posibilidades, estamos llamados a tener un estilo de vida sobrio, para conservar más libres la mente y el corazón y para poder compartir los bienes con los hermanos".
Al finalizar, el Santo Padre hizo votos para que "María Santísima, que animó con su presencia materna a la primera comunidad de discípulos de Jesús, ayude también a la Iglesia de hoy a dar buen testimonio del Evangelio".